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Es
muy curioso pensar: qué es lo que se aprende
en teatro y para qué se aprende.
Creo personalmente, que todas las
herramientas teatrales
que he adquirido al pasar del tiempo, no solo me han ayudado a la
hora de estar de pie en un escenario enfrentándome en una situación
ficticia, sino también en otros ámbitos profesionales. He tenido
que recurrir a estas herramientas para un resolver algo en la
realidad.
Para
empezar, una estudia teatro para hacer teatro en una primera
instancia. La institución, académicamente hablando, nos enseña
como poder acercarnos a un personaje,
abordar las circunstancias de distintas maneras, afrontar un texto
escrito y apropiarse de él… asimismo se ven distintas técnicas de
interpretación
y estilos. Además de la incorporación de un entrenamiento físico
que nos proporcione la capacidad de adecuar nuestro cuerpo a
situaciones extra cotidianas ajenas a nosotros. También, identificar
todas las posibilidades vocales
que tenemos y su adecuado manejo en el escenario. De la misma forma
la parte teórica
es un complemento que nos ayuda a comprender la práctica desde la
razón para lograr sistematizar lo aprendido. Esto ha sido para mí
muy importante ya que, logar un equilibrio entre ambas metodologías
contribuye a mi formación y al reconocimiento de los aspectos que me
funcionan dependiendo a las necesidades escénicas en las que estoy
trabajando.
Igualmente,
la experiencia adquirida en montajes y en otras producciones
independientes han fortalecido mi educación en áreas que tal vez la
academia no me ha dado a profundidad como la parte de publicidad,
gestión cultural, los diseños y su uso dentro de las producciones
escénicas en la calle.
En
mi proceso profesional he tenido la oportunidad de poder utilizar
ciertos conceptos que me ha enseñado el teatro como la observación
y la escucha.
En teatro estas nociones me ayudan a resolver conflictos en
improvisaciones o dentro de una escena, pero, es muy útil cuando se
tiene que dar clases a niños o a adultos. Cada persona es diferente
y muchas veces se pasan por alto las necesidades individuales y estos
dos conceptos nos dejan identificar y empatizar con los demás,
trabajando en conjunto para satisfacer a cada uno.
Por
ejemplo, la utilización de las “dramatizaciones” en clases de
idiomas es muy útil para que los alumnos comprendan los contenidos y
lo asimilen en pequeñas representaciones y así se pueda aprender de
una manera lúdica y dinámica. Se incentiva la colaboración en
proyectos y la repartición de tareas.
Luego,
el simple hecho de estar en una reunión me ha significado aplicar
los conocimientos de manejo de la voz
para adecuarla a la cantidad de personas que se encuentran en una
sala, tanto el volumen como la articulación de palabras ha sido
importante para que cada persona entienda lo que digo y haya una
comprensión del discurso.
Para
finalizar, me he dado cuenta que gracias al aprendizaje del teatro
puedo encontrar soluciones a problemas de la vida real a partir de la
creatividad y esto me lleva a dar varias opciones para encontrar la
mejor. Cuando
se enseña y se recibe teatro se aprende a construir puentes,
combinando lenguajes entre otras disciplinas y llegar a más gente.
Yingry
Rodríguez J.
Bachiller
en Lengua Francesa
Estudiante
de Artes Dramáticas
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