miércoles, 3 de junio de 2020

Teatro para todo




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Es muy curioso pensar: qué es lo que se aprende en teatro y para qué se aprende. Creo personalmente, que todas las herramientas teatrales que he adquirido al pasar del tiempo, no solo me han ayudado a la hora de estar de pie en un escenario enfrentándome en una situación ficticia, sino también en otros ámbitos profesionales. He tenido que recurrir a estas herramientas para un resolver algo en la realidad.
Para empezar, una estudia teatro para hacer teatro en una primera instancia. La institución, académicamente hablando, nos enseña como poder acercarnos a un personaje, abordar las circunstancias de distintas maneras, afrontar un texto escrito y apropiarse de él… asimismo se ven distintas técnicas de interpretación y estilos. Además de la incorporación de un entrenamiento físico que nos proporcione la capacidad de adecuar nuestro cuerpo a situaciones extra cotidianas ajenas a nosotros. También, identificar todas las posibilidades vocales que tenemos y su adecuado manejo en el escenario. De la misma forma la parte teórica es un complemento que nos ayuda a comprender la práctica desde la razón para lograr sistematizar lo aprendido. Esto ha sido para mí muy importante ya que, logar un equilibrio entre ambas metodologías contribuye a mi formación y al reconocimiento de los aspectos que me funcionan dependiendo a las necesidades escénicas en las que estoy trabajando.
Igualmente, la experiencia adquirida en montajes y en otras producciones independientes han fortalecido mi educación en áreas que tal vez la academia no me ha dado a profundidad como la parte de publicidad, gestión cultural, los diseños y su uso dentro de las producciones escénicas en la calle.
En mi proceso profesional he tenido la oportunidad de poder utilizar ciertos conceptos que me ha enseñado el teatro como la observación y la escucha. En teatro estas nociones me ayudan a resolver conflictos en improvisaciones o dentro de una escena, pero, es muy útil cuando se tiene que dar clases a niños o a adultos. Cada persona es diferente y muchas veces se pasan por alto las necesidades individuales y estos dos conceptos nos dejan identificar y empatizar con los demás, trabajando en conjunto para satisfacer a cada uno.
Por ejemplo, la utilización de las “dramatizaciones” en clases de idiomas es muy útil para que los alumnos comprendan los contenidos y lo asimilen en pequeñas representaciones y así se pueda aprender de una manera lúdica y dinámica. Se incentiva la colaboración en proyectos y la repartición de tareas.
Luego, el simple hecho de estar en una reunión me ha significado aplicar los conocimientos de manejo de la voz para adecuarla a la cantidad de personas que se encuentran en una sala, tanto el volumen como la articulación de palabras ha sido importante para que cada persona entienda lo que digo y haya una comprensión del discurso.
Para finalizar, me he dado cuenta que gracias al aprendizaje del teatro puedo encontrar soluciones a problemas de la vida real a partir de la creatividad y esto me lleva a dar varias opciones para encontrar la mejor. Cuando se enseña y se recibe teatro se aprende a construir puentes, combinando lenguajes entre otras disciplinas y llegar a más gente.

Yingry Rodríguez J.
Bachiller en Lengua Francesa
Estudiante de Artes Dramáticas

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