miércoles, 23 de diciembre de 2020

El año 2020 de Raíz Teatro: ¡Gracias!

 


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Raíz Teatro, es una Compañía Teatral Interdependiente, integrada por diferentes profesionales - en constante capacitación -; que se dedica a la creación de espectáculos teatrales, la educación no formal y la gestión (y producción) cultural, relacionados con las artes dramáticas. Surge de una necesidad mía (Katherine LaPey Peytrequín Gómez, fundadora de Raíz Teatro) por establecer un espacio para la creación artística y la formación constante. Así nació Raíz Teatro, un espacio que me permitiera ejercer mis profesiones, crear teatro y compartir todo esto con muchas personas.

Lo que hacemos, lo hacemos a partir de nuestros valores; así que ofrecemos servicios impregnados de: Fraternidad, Agradecimiento, Empatía, Formación, Recreación.

Al ser un equipo interdisciplinario, ofrecemos muchos y variados servicios. Se puede ofrecer un servicio de taller de teatro, de manejo de la voz, taller de guion, así como consulta farmacéutica, entrenamiento personal, asesoría legal, cursos de gestión cultural. Publicación periódica de temas relacionados con el teatro, crítica teatral, investigación y guía para grupos que quieren iniciar sus montajes, entre otros.

Nos dedicamos a:

1. Producciones teatrales. Nos especializamos en teatro de pequeño formato (el cual puede ser presentado en espacios no convencionales) con temas que invitan a la reflexión a través del humor.

2. Educación No Formal. Nos encantan los procesos de enseñanza-aprendizaje, así que ofrecemos opciones (talleres, capacitaciones, asesorías) para la capacitación constante en temas diversos y así, mejorar conocimientos y habilidades blandas.

3. Investigación, Gestión y Producción Cultural. Todas nuestras labores llevan consigo la gestión cultural, la cual además, está enfocada en llevar el teatro a diferentes lugares. Tenemos espacios para dedicarnos a la escritura: nuestros blog y dramaturgia propia; que están ligados a la investigación constante.

Satisfacemos necesidades relacionadas con:

1. Buen uso del tiempo libre.

2. Disfrutar, reír, tener tiempo para uno mismo y compartir en grupo social.

3. Apoyar la actividad y economía cultural de nuestro país.

Beneficios que aportamos:

1. Salud mental.

2. Entretenimiento inteligente.

3. Procesos de enseñanza-aprendizaje.


¿Cómo fue nuestro 2020 y la virtualidad?

1. No dejamos de capacitarnos, siempre buscamos la manera de estar alimentando el alma y la mente con talleres, capacitaciones, conversatorios; todo desde la virtualidad. Como directora general y gestora cultural, me encargo de buscar actividades formativas relevantes para nuestras profesiones (tomando en cuenta gustos y preferencias) y así, estar en constante capacitación.


2. Tuvimos reuniones periódicas vía Zoom para contar con un tiempo y espacio donde compartir entre nosotras; es decir, un rato para dejar el trabajo a un lado y disfrutar. Generalmente, en la presencialidad, nos vemos todas las semanas para trabajar y quizá luego de ensayos o funciones, sacamos tiempo para compartir; y como esto tampoco iba a ser posible por la pandemia; así que decidimos reunirnos virtualmente una vez al mes.


3. No dejamos de producir, lo que requiere también de la gestión cultural. A saber:


3.1. Hicimos lectura interpretada de la obra La Prudencia de Claudio Gotbeter. Mayo 2020

3.2 Participamos en un concurso virtual de monólogos organizado por el Centro Cultural de España. Mayo/Junio 2020

3.3 Dimos función virtual (Facebook Live) de nuestra obra ¡Basta ya! Alto a la obesidad. Mayo 2020

3.4 Hicimos lectura interpretada de la obra Gana la más chancha, traducción de María Laura Fernández Soto. Julio 2020

3.5 Noelia Cruz, escritora de nuestro blog, fue invitada a un espacio virtual para hablar sobre su nota relacionada con el teatro y la virtualidad. Agosto 2020

3.6 Hicimos lectura interpretada de la obra Mientras Amanece de Víctor Vegas. En tres espacios virtuales y fechas diferentes. AGITEP (Agosto 2020), Eliella Teatro (Septiembre 2020), Fundación Generación Teatro Sur (Octubre 2020)

3.7. Publicamos semanalmente en nuestro blog. (https://raizteatro.blogspot.com/)

3.8 Participamos en actividades virtuales organizadas por colegas: presentaciones teatrales, reuniones, talleres, conversatorios, entre otros.

3.9. Se escribieron críticas de espectáculos que hemos vivimos a través de la virtualidad.

3.10. Iniciamos con la gestión y proceso de ensayos de nuestro espectáculo teatral 2021: Gana la más chancha. Un texto traducido por María Laura Fernández (original de Madelaine George) bajo la dirección de Cristina Barboza y con las intérpretes: Janil Johnson, Diana Chinchilla, Yingry Rodríguez y Katherine LaPey Peytrequín Gómez.

3.11. Iniciamos con la gestión y proceso de ensayos de Raíz Laboratorio 2020-2021. Con: Sofía Paniagua, Diana Chinchilla, Yingry Rodríguez y Valeria Méndez, construiremos la dramaturgia y espectáculo de esta segunda edición de Raíz Laboratorio.

3.12 Estrenamos nuestro proyecto teatral 2020: Sorella Morte. Decidimos hacer el estreno a través de varias experiencias virtuales donde compartimos nuestra dramaturgia. Diciembre 2020

3.13. Facilitamos nuestras obras grabadas para que estudiantes, de una universidad pública en Costa Rica, realizaran sus trabajos en el curso de Artes Dramáticas: (reportes de obras vistas).

3.14. Participamos del encuentro (festival) internacional organizado por la Fundación Cultural Generación Teatro Sur para celebrar su 6to Aniversario con: Una lectura interpretada, una entrevista y facilitando un taller. Octubre 2020.

3.15 Participamos del Coloquio: La dirección teatral en manos de mujeres. Organizado por Las Verbenas. Diciembre 2020

3.16 Participamos en la elección de la nueva Junta Directiva de AGITEP. Diciembre 2020


¿Cuáles han sido los aprendizajes y decisiones que hemos tomado a raíz de este año pandémico?

1. No dejar de creer, crear y crecer (el cual es uno de nuestros eslóganes), así que nos motivamos para seguir con nuestros proyectos con las herramientas que tenemos a la mano, no dejar de creer en nuestras capacidades y ganas de trabajar. A pesar del distanciamiento no hemos dejado de crear desde nuestros hogares y así, continuamos creciendo como compañía y como sociedad.

2. Entre las principales decisiones tomadas este año, están:

2.1 No cancelar el estreno teatral que teníamos programado para Junio 2020.

2.2 Seguir con la gestión y producción de A) Raíz Laboratorio 2020-2021 B) El proyecto teatral 2021

2.3 Considerar el tener opciones virtuales luego de la pandemia.

2.4 Reunirnos mensualmente para no perder el encuentro fraterno.


Un año que tiró al piso el trabajo de todo el sector cultura. Un año que además de traer una pandemia mundial nos trajo una pausa obligada que definitivamente nos ayudó a (re)evaluarnos y (re)valorarnos. Un año maestro. Un año que nos vino a enseñar sobre lo esencial. Un año que nos quitó muchas vidas y proyectos pero que a su vez nos dio la gracia de reconocernos humanos, de reconocernos sociedad. ¡Gracias 2020!


Katherine LaPey Peytrequín Gómez

Directora general y artística Raíz Teatro


miércoles, 16 de diciembre de 2020

El arte del distanciamiento social.

 



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Estar distanciados es la moda de nuestros días, es lo que se hace y promueve. Tan asimilado está en los estilos de relación, que muchas personas no cambiaron sus ritmos de vida en la época de la pandemia. La fraternidad y sororidad suenan muy románticas para una novela, pero poco prácticas para la vida.

Me dueles humanidad, se te está yendo la vida por encerrarte en una burbuja de cristal. Me das esperanza humanidad cuando confirmo que no todos están encerrados en burbujas de cristal. Me alegro en los artistas que se hacen los encontradizos en las redes sociales de los que con miedo ven desde sus madrigueras.

No me acostumbro, no quiero acostumbrarme a vivir el teatro de forma virtual, pues creo que la incursión en la virtualidad el teatro es para recordarnos que hay un mundo no mediado por pantallas en el que podemos relacionarnos. La humanidad del artista que encarna situaciones que la humanidad vive, que se sufre, se siente y se toca… Allí entra el teatro en la vida del espectador.

En medio de estos pensamientos me asalta la duda. ¿Dónde ha estado el teatro para la gran mayoría de personas con las que me relaciono? Consultando a las personas que están a mi alrededor, el teatro ha quedado en los espacios de cultura general para ser recordada pero no vivida. Lamentablemente pareciera que el teatro y una cantidad importante de la sociedad caminan por mundos paralelos, condenados a no encontrarse.

¡Eureka! El teatro virtual…. El mundo virtual del que muchos han hecho su hogar le abre un espacio al Teatro…. Esto suena que estará muy interesante.

Reconozco que las cosas no son como yo deseo que sean, pero en los avatares de la vida, lo inesperado puede ser mas interesante que las cosas y estilos a los que me aferro. En mi cerebro, en ocasiones más acostumbrado a la seguridad de lo que permanece, descubre en el teatro virtual una luz que conduce a nuevas experiencias. “El teatro es un crisol de civilizaciones” Víctor Hugo.

Fray Jorge Barillas OFMConv.

Sacerdote Franciscano.

Promotor Vocacional.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

¿Y si lo vemos desde otro lugar…?

 


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Si soy sincera, tal vez he estado un poco en negación con respecto a escribir esta nota… A estas alturas puedo asegurar que me encuentro cansada del COVID y todo lo que ha desencadenado, una consecuencia directa del virus ha sido la evidente repercusión en la enseñanza y como estudiante de Artes Dramáticas esto me ha pegado directamente. Tal vez no había querido escribir porque me hace pensar en lo mucho que extraño estar con mis compañeras, porque en el teatro una no solo aprende de sus profesoras sino que aprende de toda persona que la rodee a una, me hace extrañar sentir el calor y la energía que como grupo trabajábamos y transmitíamos; extraño hasta los detalles más pequeños como el ritual que tenía para entrar a las clases: Dejar mi bulto en el mueble, sacar mi ropa de trabajo, cambiarme, guardar la “ropa normal” y quitarme los zapatos para entrar al espacio.

Aprender teatro es más que solo ir a clases, es una experiencia que se construye desde el convivio; por eso parecía imposible poder recibir clases de forma virtual. Durante todo este tiempo han existido muchas preguntas en mi cabeza y la mayoría no tienen respuesta… Preguntas que por lo que he observado rondan también en la cabeza de quienes hacemos o estudiamos este arte. Es muy probable que ustedes ya tengan en mente algunas ideas de por dónde pueden ir esas preguntas, y tal vez ustedes ya tienen sus respuestas. Yo en lo personal siento que cada vez que pienso en ellas, es como si diera vueltas en el mismo lugar, no logro avanzar nada y solo termino mareada…

Por eso hoy quiero hablar desde otro lugar. Mi proceso de enseñanza este año ha sido peculiar y aún así, no puedo imaginar una palabra que no sea gratitud… Gratitud con mis compañerxs, con mis profesoras/es, con una increíble asistente y conmigo misma; porque inclusive en estas condiciones me han hecho sentir acompaña y han logrado sorprenderme de una u otra manera. Aún cuando extraño de forma abismal las clases presenciales, agradezco tener clases aunque sean virtuales en este tiempo tan insólito; porque me permite mantenerme cuerda, puedo jugar y distraerme aunque sea un momento de todo lo que sucede.

No me malinterpreten… No busco romantizar la situación, pero propongo verla desde otro lugar. Realmente admiro el esfuerzo sobrenatural que han realizado mis profesores para innovar y motivarnos a seguir; porque siempre han estado dispuestas y dispuesto a escucharnos y a tratarnos desde la empatía. Nos han hecho entender que en estos momentos, más que nunca, tenemos que apropiarnos de nuestros procesos y explorar sin limitarnos.

En múltiples ocasiones he escuchado a varios compañexs decir que esto es un acto de resistencia, y yo no podría estar más de acuerdo con ellxs, porque todo este año ha sido una constante demostración de lo mucho que nosotrxs queremos estar en este espacio. Es evidente que todos nosotrxs como personas de teatro tenemos la necesidad de movernos, de pensar creativamente para encontrar alternativas y de buscar la luz en la oscuridad.

Regresaremos y como nunca antes, porque tenemos una fuerza de voluntad gigante y nada nos va detener.

Diana Chinchilla Álvarez

Estudiante de Artes Dramáticas


miércoles, 2 de diciembre de 2020

Producción a tres manos, primera experiencia teatral en el país por Whatsapp

 

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Por Guadalupe Apú Hidalgo

Mensaje en Espera, una experiencia teatral en Whatsapp; se trata de dos historias, una de una chica y otra de un chico, que decide comunicarse con una expareja del pasado (el público) durante una semana en la cuarentena por el Covid 19. Todo esto mediante una comunicación virtual por Whatsapp, la historia se fragmenta en siete días a diferentes horas y diferentes recursos audiovisuales que permite la aplicación: videos, audios, textos, ubicaciones, emojis, gifts. Uno de los principales objetivos de este proyecto es que el público sienta familiaridad, que se pierda en la ficción, y que al menos en algunos momentos sienta como si fuese realmente una expareja propia.

Eileen Miranda se acercó a Las Verbenas Teatro, con esta propuesta que había visto que se daba en otros países, “apostemos por este proyecto, estoy segura de que a la gente le va a gustar”. Yo desde el rol de la producción del grupo de teatro lo dudé. Iniciar un proyecto desde la dramaturgia lo veía lento y complicado. Además, se tenía que empezar por educar al público a consumir este nuevo producto, explicar de qué se trata y cómo funciona. En ese momento se abrieron dos concursos que apoyan económicamente proyectos artísticos, así que dirigimos y moldeamos las ideas a cada concurso. No ganamos ninguno de los dos, pero la redacción de los proyectos nos hizo entender cómo realmente queríamos el proyecto y por dónde debíamos trabajar. Entonces, en ese momento dije sí.

Para esta etapa decidimos sumar a Michelle Almendares, y nos pusimos un estricto régimen para la escritura durante un mes aproximadamente. Mientras terminamos de pulir la dramaturgia, empezamos a discutir la forma de trabajo para producir Mensaje en Espera. Una tarea vital fue definir los roles, después de varias conversaciones los decidimos y ya necesitábamos una voz masculina, iniciamos a “pelotear” nombres y escuchar voces. A la vez diseñamos el plan de comunicación y la línea gráfica. Hasta que le preguntamos a Javier Montenegro, él aceptó. Aportó desde el minuto uno, una increíble actitud positiva y confianza con eso distinto que estábamos creando y con la incertidumbre de si iba a ser aceptado por el público. Así iniciamos, Michelle fue quien tuvo la dirección actoral de las voces, Eileen fue la actriz y yo me encargué del resto. Michi trabajó con cada uno por aparte, pero al igual que en la escritura, tuvimos un régimen de entrega para poder estrenar la fecha que nos propusimos,

Un dato importante en la producción fue el movimiento de público y la compra de entradas. Para la primera temporada 103 personas tenían su entrada, mayormente para la voz masculina, de esas solo tres personas pagaron por transferencia bancaria y el resto vía sinpe móvil. Pero el mismo día de estreno, con la boletería cerrada, 26 personas más adquirieron su entrada, 8 personas más compraron la entrada después de medianoche (hora de inicio de la experiencia) y 7 personas más se sumaron al segundo y tercer día. Un movimiento similar ocurrió en la segunda temporada que realizamos. Nosotras no encargamos de enviar la multimedia de cada personaje. Pero además, dimos la posibilidad de responder, por lo que si la persona así lo quería, había comunicación en vivo, normalmente nosotras en pareja estudiábamos el material que se recibía y el que se enviaba de vuelta de forma personalizada. De esta forma los 7 días de Mensaje en Espera, Michelle, Eileen y yo pasamos casi 24/7 sumergidas en la producción.

La conexión con el público fue la parte más importante y la que más disfrutamos. Desde el momento de contactarnos para pedir información, explicar de exactamente de qué se trata, o para pedir el registro de los datos, íbamos creando un vínculo. Ese fue solo el inicio, nos llevamos la sorpresa de que muchas personas desde el primer mensaje enviado, cerca de medianoche ya nos respondían. No todo el público quiso aventurarse a establecer interacción, pero sí la mayoría. Algunas personas eran tímidas en sus respuestas y otras personas aprovechaban para descargarse. Teníamos comunicación, casi mágica, de esa que se ha perdido por virtualidad, esa que solo es posible en un escenario, de esa había chispazos, había algo entre nosotras y el público activo, creamos algún tipo de vínculo que no se había experimentado.

Otra parte muy importante que surgió en el diseño del proyecto fue la posibilidad de contar con música nacional. Como agrupación creemos en la coyuntura entre artistas, primeramente buscamos las piezas que encajaban en la historia y luego nos tiramos a tocar “la puerta” de cada artista. Compartimos de los propios sitios de los artistas en la plataforma Spotify o Youtube, De esa forma también cumplimos con la ley de derechos de autor. Pero hay dos partes que pudieron ser mejores para que el proyecto fuese por completo un éxito. En primera instancia la publicidad ¿cómo llegar a más personas? es la pregunta siempre desde producción. En este caso también nos preguntamos cómo explicar de qué se trata en pocas palabras para tener mayor alcance. Y el otro punto es el precio de la entrada, ya que es posible que más personas se unieran por lo accesible del costo de la entrada, pero no alcanzó para pagar dignamente el trabajo a las personas involucradas.

Todo el trabajo fluyó, es posible que haya sido porque fuimos tres personas con distintas destrezas, pero igual de comprometidas con el proyecto. Es posible que la amistad de más de 10 años haya sido otro factor importante para que fuese un proceso disfrutable. Creo que también la temática y experiencia distinta que hemos tenido la tres. Por supuesto también la vulnerabilidad de la situación mundial también aportó. Durante la ejecución del proyecto nos dimos cuenta que sería muy valioso que personas profesionales en psicología y sociología se adentraran a estudiar Mensaje en Espera.


miércoles, 25 de noviembre de 2020

Sorella Morte de Raíz Teatro

 



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Estamos muy emocionadas porque estrenamos nuestra experiencia teatral 2020… y ¡de manera virtual! ¡Todo una experiencia nueva!

Este proceso de creación ha sido un camino lleno de emociones, es más: una montaña rusa de emociones. En un principio, el solo hecho de investigar y hablar sobre la muerte, nos puso en una posición de inquietud, de vulnerabilidad.

Luego vino el Covid19 y nos dijo:

Primero, “Alto, no pueden seguir con sus ensayos”.

Segundo, “Traigo muerte, mucha muerte”.

Dejamos el proceso por unos meses. El estreno, estaba para junio 2020. No pudimos estrenar. El Covid19 seguía y con más fuerza. Pausa.

¡Ya no pudimos más! ¡Tenemos que seguir creando, creyendo en nuestro trabajo para seguir creciendo en medio de esta etapa catastrófica para la humanidad! Así que, retomamos nuestro trabajo, y aquí estamos: ¡a punto de dar tercera llamada!

Nuevamente, nos lanzamos a escribir nuestra propia dramaturgia. Esta vez, la dramaturgia está a tres voces: Janil Johnson, Valeria Méndez y Katherine LaPey Peytrequín son las creadoras del texto Sorella Morte.

Sorella Morte, título inspirado en Francisco de Asís, nos recuerda que la muerte es una hermana más en medio de toda la creación. Sorella Morte nos recuerda que la muerte es parte fundamental del ciclo de la vida y que debemos hablar sobre ella, que debemos reflexionar sobre ella y sobre todo, que no la debemos ignorar o evadir.

Sorella Morte nos viene a recordar también que la muerte no es solo dolor, tristeza y reclamos. Sorella Morte nos viene a recordar lo esencial de la hermana muerte.

El Covid19 no nos detuvo; al contrario, nos vino a recordar lo esencial sobre el tema de nuestro espectáculo 2020: la muerte. Días de incertidumbre, de encierro, de distancia, de muerte y Raíz Teatro estrena su experiencia teatral 2020 de manera virtual. Con este espectáculo, compartimos con nuestro querido público, a través de un texto rico en imágenes, sensaciones e ironías; situaciones cotidianas relacionadas con la muerte que nos invitan a reflexionar sobre la importancia de ella (la muerte) en nuestro ciclo de vida”.

Bienvenidas y Bienvenidos a este nuevo viaje donde queremos, a través de nuestro texto y nuestro equipo creativo, compartir miedos y esperanzas relacionadas con la muerte. Nuestro propósito es generar conciencia sobre una etapa tan natural de nuestra vida.

Debido a la pandemia, que no nos deja presentarnos de manera presencial, Sorella Morte será, por el momento, una experiencia teatral-virtual. Se presentará en 3 partes, la I Parte será del 29 noviembre al 04 de diciembre 2020. Sí, así como lo lee: durante 6 días usted podrá disfrutar la experiencia a través de dos plataformas digitales: Youtube y Whatsapp de manera asincrónica; es decir, usted lo verá/escuchará cuando guste durante esos días que estará disponible.

El pase general tendrá un costo de ¢4.490 (cuatro mil cuatrocientos noventa colones exactos) y se podrá adquirir a través de sinpe móvil (89736624) o depósito bancario.

Toda la información se puede solicitar en raizteatro@gmail.com, Facebook e Instagram: Raíz Teatro o whatsapp/llamada a los teléfonos (506)8973 6624 y (506)8375 5894.


EQUIPO ARTÍSTICO PARA ESTA PRODUCCIÓN

Dirección General, Artística y Asesoría Dramatúrgica: Katherine LaPey Peytrequín Gómez

Dramaturgia: Janil Johnson, Katherine LaPey Peytrequín Gómez y Valeria Méndez

Intérpretes: Janil Johnson, Katherine LaPey Peytrequín Gómez y Yingry Rodríguez

Dirección de trabajos audiovisuales: Janil Johnson, Katherine LaPey Peytrequín Gómez y Yingry Rodríguez

Fotografía: Silvia Leal Acuña

Edición de video: Daniel Morales

Música: https://www.bensound.com/royalty-free-music

Producción general: Raíz Teatro

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Mi experiencia en el emprendimiento de una agrupación de teatro independiente Las Verbenas

 


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Por Guadalupe Apú Hidalgo



Para poder escribir sobre el tema, debo iniciar por un lugar íntimo, mi formación y visión del mundo teatral en distintos momentos de la vida. Yo soy de las que desde pequeña decía: cuando sea grande voy a ser actriz. Mi mamá siempre me metía en cursos de ballet, teatro, algún instrumento y yo era inmensamente feliz, además a partir de mi segundo grado de primaria ingresé al maravilloso mundo del Conservatorio de Castella. Ya no solo llevaba cursos en vacaciones y los fines de semana, sino que todos los días tenía una nueva experiencia que amaba.

En undécimo año no fue difícil elegir carrera, ni tampoco universidad. Recuerdo decir, en alguna de esas preguntas de entrevista, de cómo veo en cinco años y la respuesta fue: Trabajando como periodista entre semana y dando funciones de teatro los fines de semana. Pensaba que era algo en encadenamiento: kínder, primaria, secundaria, universidad, trabajo; lo daba por sentado. Por supuesto, desconocía la magnitud del espacio entre universidad y trabajo, pero en lo que fui más ilusa, fue en pensar que la gente que salía en las películas, obras de teatro, series de televisión y comerciales eran las personas preparadas en actuación.

Al salir de la universidad hice, hago, gran cantidad de audiciones y castings, desde mis diez años esas palabras están en mi vocabulario. A la vez que estudié Artes Escénicas llevé otras carreras, y trabajé en otras cosas más cercanas a la comunicación. Al teatro no lo abandoné, pero hacía lo que yo creía que era lo único que podía hacer: esperar que me llamaran, acercarme a academias, al teatro comunitario y seguir haciendo audiciones, castings. No solo eso, le escribí a muchas agrupaciones, directoras y directores en donde básicamente me les ofrecí, sí lo hice, pensaba “si no me conocen cómo me van a contratar”, debía aunque sea presentarme. Fue muy fuerte terminar la carrera y preguntame ¿y ahora?

Llegó un momento en mi vida en donde logré alguna estabilidad económica que buscaba empedernida dentro de las artes escénicas. Y ya ahí la siguiente pregunta fue ¿cómo hago para producir, actuar, dirigir, escribir…? ya me había ofrecido, ya lo había intentado con unos amigos de la universidad, y esperar que me llamaran se estaba haciendo eterno. Ese fue el momento de emprender. Ya estaba decida, me estaban diseñando un logo, pero mientras eso estaba pasando, una vez más que me encontré en un camerino con diez mujeres más, todas con un perfil parecido al mío, audicionábamos; solo una iba a tener el papel y conversaba con Martha Arrieta de lo cansado emocionalmente que son esos procesos. Ahí nos dimos cuenta que estábamos deseosas de emprender, luego de una o dos reuniones decidimos unir fuerzas. Así nació Las Verbenas en marzo de 2019.

Actualmente Las Verbenas está bajo mi dirección y trabajamos por proyectos con distintos artistas. Apenas tenemos un año, el año con más aprendizaje en cuanto a gestión y producción teatral en el país. Tenemos varios proyectos escénicos montados y siento que lo vamos haciendo bien, asentando bases, con muchas ganas de seguir aprendiendo y unir fuerzas con más personas. Además, tenemos un eje de investigación, algo que quería hacer desde que era estudiante, pero no me atrevía. Diría que la base de todo es tener ideas, atreverse y hacerlas realidad. Pero, una tarea aún sin resolver como directora de una agrupación es el parte económica, no es autosostenible. Desconozco si las demás agrupaciones de teatro en Costa Rica lo son o no, si el pago a todo el equipo es siempre justo, si todos los gastos son recuperados o si tienen ganancias para luego invertir. Hasta el momento trabajo en otras áreas y ahorro para invertir en mi emprendimiento y así poder hacer lo que amo.

También he aprendido que es cierto que se buscan más habilidades blandas con las personas que se trabaja que cualquier otra cosa. Nadie quiere trabajar con a una persona especialista con una pésima actitud o irresponsable. Por eso trabajar con amigos es bueno, pero con amigos que cumplan en sus trabajos. Pienso que la Universidad de Costa Rica fomenta más - que la Universidad Nacional - ese ambiente de propiciar más la vinculación entre semejantes y la autogestión. Trabajar para el sector cultura no es fácil ni estable, es un mundo muy competitivo, mayormente mal pagado y menos preciado. Opino que las personas artistas tenemos algo de masoquistas, hay algún placer ser persistentes y pasar penurias para conseguir lo que se quiere. Así seguimos trabajando y adecuándonos a este inolvidable 2020 y para el futuro de Las Verbenas.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Narración escénica libre… VIRTUAL

 


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Me han preguntado si tengo un libro con los cuentos que narro o algún otro recurso donde puedan ser leídos. Lo que sucede es que -así como disfruto de escribir prosa y poesía, y las llevo de vez en cuando a la oralidad-, la mayoría de las historias que invento son para ser contadas con la voz y no con tinta, escuchadas, observadas, vividas desde el cuerpo. Son historias que se reconstruyen cada vez que encuentran la atención de alguien. Se puede ir según lo ensayado, de pronto, se atina en la mirada o en la sonrisa de algún espectador, un elemento que no había sido contemplado; entonces, nuestra historia ahora tiene un nuevo brillo, sombra, soledad o atardecer. O bien, en esa parte triste del niño que despierta llorando por sus pesadillas, todos nos volvemos pequeños angustiados, víctimas del subconsciente, y de esta forma, nuestro personaje se fortalece… Lo digo desde mi experiencia, pues hay muchísimas maneras de vivir la narración oral.

Desde hace tiempos, me surgió la ilusión de crear un grupo de narración oral escénica en Desamparados (el cantón donde vivo), para compartir las gracias de este arte con personas que quisieran comunicarse, acercarse a otros a través de la creación e interpretación de historias. En agosto, como proyecto seleccionado en el programa “Becas Creativas” del Ministerio de Cultura y Juventud, nació NaELi (Narración Escénica Libre). El proyecto consiste en la creación de un grupo de narración integrado, principalmente, por personas mayores de cincuenta años y menores de veinticinco, con el fin de propiciar la convivencia e intercambio de experiencias entre personas alejadas por la edad. Trabajamos mediante sesiones virtuales semanales vía “zoom”, donde desarrollamos talleres sobre creación e interpretación de historias.

Cuando pensé por primera vez en el proyecto, no me pasó por la mente desarrollarlo de manera virtual, y por eso, en parte, lo había postergado, ya que, normalmente (antes de la pandemia y la cuarentena), invierto de tres a cuatro horas al día en trasladarme a mis sitios de labor; suelo disponer de muy poco tiempo “libre”. Mas ante la obligación de desempeñar nuestras actividades desde el hogar, mi horario se flexibilizó y he podido dedicarme a este gran reto. Curiosamente, casi todas las personas que participan en NaELi, tenían pensado integrarse este año a algún grupo o proyecto artístico. Algunos para darle continuidad a su experiencia en las artes escénicas, y otros, para incursionar en ellas. Planes, evidentemente, frustrados la COVID-19. Por eso, al enterarse del proyecto NaELi, decidieron apuntarse, aunque muchos no tenían idea de cómo funcionaba “zoom”, Doña Mari no sabía grabar videos con el teléfono, pero nos manda audios con sus emotivas historias, doña Grettel me manda fotos de todo lo que escribe a mano, dedicadamente, en su cuaderno. Yo solo había usado “zoom” para recibir clases magistrales en las cuales se escucha al profesor y se intercambia tan solo algunas preguntas, pero quise lanzarme y probar.

Hasta la fecha, hemos podido aprender y crear interesantes historias en equipo, material valioso cargado de emociones y experiencias con las cuales nos identificamos todos. Sin embargo, innegablemente la virtualidad está llena de limitaciones y retos. Por ejemplo, todo lo que podemos hacer con nuestro cuerpo se reduce al “cuadrito de la cámara”, de esta forma, tenemos el sol en una ceja y el suelo debajo de la barbilla; si queremos mandar un abrazo, debemos hacerlo con los codos pegados al pecho y abriendo las manos, porque nuestros brazos extendidos no caben en una pantalla electrónica. La vocalización y expresión facial, que tanto hay que trabajar, debemos cuidarlas aún más, pues no todos contamos con la calidad óptima de audio y video. Y ni qué decir de la conexión a internet. ¡Todos sudamos frío cuando aparece en la pantalla “conexión inestable”! La gracia de un ejercicio o presentación de narración puede desvanecerse con solo perderse unos segundos de audio y/o video, y eso, cuando la conexión no se cae por completo. Por otro lado, cuando se trabaja en equipo en un “escenario”, es fundamental el contacto físico con los otros, si no es directo, por lo menos sentir la energía del cuerpo del compañero… A todo esto hemos tenido que adaptarnos para poder compartir un espacio de arte, de empatía, acompañamiento, creatividad. Un espacio de vida. Admiro y agradezco inmensamente el entusiasmo de las personas que forman NaELi: doña Carmen, que pidió permiso en su trabajo para conectarse a las reuniones; Daniela, que llega del trabajo apenitas para la sesión; David, que nos acompaña desde San Cristóbal de Desamparados, allá en los distritos del sur. Juanca, Gaudy, Heidy, Christian, Angélica… los amigos artistas que han facilitado talleres, todos aportando su corazón. Muero de ganas porque podamos reunirnos en persona y trabajar con la riqueza del contacto físico, mas por ahora, solo nos queda aprovechar la cercanía que nos permiten las historias, aunque sea a través de una pantalla.

Adela Chacón Rodríguez

Estudiante de medicina y narradora oral

miércoles, 4 de noviembre de 2020

El teatro en Pandemia.

 




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A lo largo de la existencia, el teatro ha sido una herramienta de arte que ha funcionado de manera presencial, sin embargo, las circunstancias actuales nos han privado de esta forma de convivio. Uno de los aspectos más importantes del teatro y que lo definen es esa relación que se crea entre el intérprete y el público gracias al estímulo físico de ese espacio/tiempo. Por otro lado, en este 2020 el mundo entero ha entrado en una crisis sanitaria que no nos permite entrar en contacto físico con otro. Por ende, esto limita al teatro y a la esencia de su arte. La esencia del compartir con otros seres en un mismo espacio/tiempo. Frente a esta problemática nos podemos preguntar ¿Cómo era el teatro presencial y cómo este se ha adaptado durante la pandemia?

La importancia de la presencia en el teatro.

En el teatro estamos acostumbrados a la presencia del otro y a percibir su energía. A percibir el olor de las personas, del escenario, y todos los estímulos sensoriales del espacio. El teatro en sus métodos de creación parte de las improvisaciones, de juegos con otras personas y objetos. Este nos permite ver una totalidad y tener una reacción sensorial a lo que percibimos en nuestro presente, sabiendo que ese momento nunca se va a repetir. Que ese momento es único e inigualable, así como la experiencia de la vida misma. A pesar de que hayan mil ensayos, siempre se encuentran aspectos nuevos para mejorar o cambiar en las escena. Así, cuando llega el momento del estreno y de las funciones, también se descubren cosas nuevas. La experiencia de tener cerca a otro ser humano, viendo y sintiendo como modifica su cuerpo/mente al actuar, es lo que nos conecta con nuestras emociones. Nos comunica aún más que el mensaje en sí de la obra, ya que nos hace reflexionar sobre como posicionamos en el mundo, nuestra perspectiva como ser humanos ante la vida.

Sin embargo, todos estos aspectos sobre la presencialidad se ven afectados por la crisis actual. Pero el teatro debe buscar otras estrategias para continuar.

El teatro adaptándose en un mundo en cuarentena.

La pandemia ha generado ensayos virtuales, dónde se trabaja con el estímulo visual del otro. Creando movimientos e imágenes, relacionados a una pantalla y a lo que los demás pueden ver. Se busca un lenguaje audiovisual, que normalmente no se usa cuando se trabaja en el teatro presencial. Aquí solo vemos una parte del actor, limitado por el ángulo en donde posiciona su cámara y la escenografía es su propio hogar, adaptándose de la mejor manera posible, a un espacio imaginario. Además, la comunicación no es totalmente apropiada, ya sea por fallos en la conexión o porque se dificulta escuchar a las personas cuando no están cerca de su micrófono.

Al iniciar este año tenía bastantes proyectos nuevos, procesos en el teatro que me emocionaban muchísimo. Procesos que estaban en desarrollo y otros terminando. Pero al iniciar esta virtualidad todo se vio afectado. Desde el principio dudé mucho si el hecho de hacer teatro de forma “virtual” continuaría siendo teatro, y todavía me lo pregunto. He creado momentos en los que conecto conmigo misma, qué he sentido algo a través de la pantalla, pero no siento el convivio que sentía y el calor de las personas cuando estaban al frente mío como lo sentía antes. Los ensayos cambiaron y la manera de adaptarnos a esto es muy distinta para todos. Pero algo de lo que estoy segura es que a pesar de que no sea lo mismo seguimos luchando para que no desaparezca, para que regresen esos proyectos y sueños por realizar.

Seguimos aprendiendo cómo podemos transformar el arte y compartirlo con el mundo de muchísimas maneras que no sabíamos que eran posibles. La virtualidad me ha enseñado que si amamos algo y nos apasiona de verdad, no lo vamos a soltar, vamos a continuar trabajándolo. Que si necesitamos una pausa para escuchar nuestra voz, está bien tomarla. Sentirnos y escucharnos, y así vamos a ir adaptándonos a nuestro propio ritmo.

En conclusión, el teatro para mi es la vida misma, es la representación de todas las cosas que nos hacen sentir vivos y con ganas de perseguir ese sentimiento. La reflexión y transformación que puede generar en el mundo es lo que me llena el alma de alegría al saber que este arte nunca va a desaparecer. Ya que nunca vamos a parar de hacerlo, de sentirlo y de vivirlo. Por otro lado, tomando en cuenta este contexto, ¿Hasta qué punto el hecho de transformar el teatro a una modalidad virtual nos permite seguir considerándolo como teatro o más bien como algo totalmente diferente?

Sofía Paniagua

Estudiante Artes Dramáticas, Universidad de Costa Rica

miércoles, 28 de octubre de 2020

Con el futuro en los bolsillos


 



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Por Víctor Vegas

"Foto: José Luis de la Mata Sacristán".


Cuando en 1992 comencé a trabajar en la profesión para la que había estado preparándome durante años, me sentí un gran afortunado. El departamento de IT de la compañía que me contrató, había estado pertrechándose en tiempos recientes de la última tecnología —tanto software como hardware— disponible en el mercado. A veces creía, por instantes, que tenía el futuro guardado en los bolsillos.

Los años venideros no hicieron más que acrecentar aquella ilusoria sensación: fuimos de las primeras compañías en el país en centralizar sus operaciones comerciales y de logística al echar mano de los avances en las telecomunicaciones y el nuevo milenio nos pilló montados en una serie de atractivos proyectos tecnológicos que, según nosotros, nos mantendría por los siguientes años en la cresta de la vanguardia.

Sin embargo, esto no ocurrió como pensábamos debido en gran medida a los caprichos que siempre nos tiene reservado el destino. “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntales tus planes”, reza un viejo adagio popular.

Mucha agua ha pasado desde entonces bajo los puentes y en ocasiones, por majestuosos que se recuerden, algunos orgullos suelen hundirse como el Titanic. Quizá para las nuevas generaciones de informáticos, la forma en que hacíamos las cosas en la década de los noventa, sencillamente los mueva a la risa. Tanto como en su momento a nosotros nos causó risa la forma en que nuestros predecesores trabajaban.


Es ley de vida.



Desde el inicio del milenio a estos días que nos ocupan, la tecnología ha continuado avanzando a pasos agigantados. Gracias a estos avances, en la actualidad un dispositivo que podemos manipular con una sola mano resulta varias veces más potente que aquellos ordenadores de última generación con los que comencé a trabajar en 1992. Ni el más visionario de nuestros colegas de aquellos años hubiera imaginado que llegaríamos a estar tan interconectados como lo estamos hoy en día. Aunque no siempre interconexión signifique comunicación. Es la paradoja tecnológica que nos depara nuestra época: mientras más avanzadas se encuentran las telecomunicaciones a escala global, al parecer, más desconectados nos encontramos unos de otros en lo personal. Pero en el fondo no es culpa de la tecnología sino de la utilidad que nosotros acabamos dándole.

Y a uno de estos tipos de utilidad que solemos darle a la tecnología debo la enriquecedora experiencia de haber entrado en contacto, hace unos meses, con el colectivo Raíz Teatro. Una compañía teatral que tiene muy claro sus objetivos y a quiénes desea hacer llegar sus propuestas escénicas. Liderada por la carismática y polifacética Katherine Peytrequín Gómez (actriz, directora, productora, gestora, administradora, docente y bibliotecaria), la agrupación cuenta con sede en San José de Costa Rica. En estos tiempos de pandemia, cuando las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias nos obligan a quedarnos en casa, la gente de teatro ha recurrido a las plataformas digitales con el fin de dar salida a sus inquietudes creativas ante la imposibilidad de hacerlo desde los escenarios. Fue gracias a la lectura dramatizada de una de mis piezas de teatro, difundida a través de una de estas plataformas, que Katherine tuvo noticias de mi obra. Transmitida en streaming a través del Facebook Live de Agitep (Asociación de Grupos Independientes de Teatro Profesional), la lectura estuvo a cargo de dos viejos conocidos —convertidos ahora en buenos amigos— que en 2011, con el título de “Desde el otro lado”, estrenaron “Pieza para dos actores” en la sala Vargas Calvo del Teatro Nacional: Silvia Campos y Arturo Campos. Dicho montaje lo dirigió Manuel Ruiz y lo produjo Tictak Producciones. Una adaptación más corta de esta obra fue la que Arturo y Silvia leyeron en las redes sociales de Agitep y que llamó la atención y curiosidad de Katherine. Según me contaría ella misma después, le encantó tanto el texto que enseguida quiso conocer más de su autor, googleó mi nombre, dio con mi web y devoró otras de mis piezas. Días después aceptaría la invitación que le hiciera la gente de Agitep para participar en su programa de lecturas y decidió seleccionar y presentarse con “Mientras amanece”.

Tuve la oportunidad de ver dicha lectura y no pude más que quedar enganchado con la propuesta que preparó Katherine a partir de mi texto, para la cual contó con los buenos oficios de tres talentosos actores: Jeremy Arias, que interpretó a Paul; Marco Rodríguez Vargas, que hizo de Theo; y Kyle Boza Gómez, que leyó algunas de las acotaciones que se sugieren en la obra. Sin duda un trabajo destacable y que, por los comentarios acumulados durante la lectura, hizo mella en la sensibilidad de varios de los espectadores. Tanto, que posteriormente Eliella Teatro, otra agrupación de reconocida trayectoria en el teatro costarricense, invitó a Katherine a participar en la iniciativa de lecturas dramatizadas que ellos también venían ofreciendo desde hacía meses en sus redes sociales.

Ojalá que en un futuro no muy lejano (por nuestra salud y la del teatro) los teatreros podamos retornar, sin restricciones de ninguna especie, a los escenarios, nuestro hábitat por naturaleza (y no las plataformas digitales), con la finalidad de continuar ofreciéndole a los espectadores el trabajo que hemos venido realizando desde tiempos ancestrales y con el que intentamos conectar con el otro para conjurar juntos, entre otras cosas, la paradoja tecnológica de nuestra época. ¿De qué vale una vida sin el otro? Particularmente a mí me gustaría mucho ver a Raíz Teatro atreverse desde los escenarios con “Mientras amanece”. Demás está decir que cuentan con mi entusiasmo y agradecimiento.

Víctor Vegas

Dramaturgo

La pandemia del sector cultura

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