miércoles, 24 de junio de 2020

El covid19 y el teatro: a través del espejo negro


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Noelia Cruz*
*Licenciada Suma Cum Laude y Bachiller en Arte y Comunicación Visual por la Universidad Nacional, Bachiller en Artes Dramáticas por la Universidad de Costa Rica. Fundadora y Directora de la agrupación La Cuadrilla Escénica.

El concepto virtual proviene del latin virtus, que significa fuerza, virtud. La cualidad de producir un efecto. Si el arte trabaja con intensidades sensoriales y conceptuales, entonces los efectos que produce la virtualidad son significantes.
Arturo Padilla

PARTE II
Por supuesto que la aceleración de la expansión de las posibilidades tecnológicas de comunicación en las autopistas de la información de las redes virtuales y el internet es algo que tenemos que abordar poco a poco en la creación de metodologías de creación artística y escénica, pero debemos pensar que esto nos coloca en un punto de no retorno que nos invita a observar el desplazamiento del valor de nuestras estéticas consolidadas.
Es por eso que nos resulta incómodo y honestamente difícil por ejemplo ver teatro grabado, es decir, una obra en cuya creación y producción nunca se contempló que el fin era ser “observada” a través de una pantalla; además cuyo universo simbólico nunca se pensó desde el desplazamiento voraz hacia un no lugar que ha implicado el advenimiento de una pandemia y la necesidad de transformar nuestra realidad en hiperrealidad.
Es importante replantearnos nuestro marco referencial para poder darnos el tiempo de pensar y de crear. Pero el cambio de paradigma, la creación de pensamiento y sus puestas en práctica y en escena no suceden de una semana a otra, nuestra tarea y responsabilidad de profundizar en la investigación artística implica tiempos de incubación, tiempo para pensar, generar, errar, intentar, sistematizar, planear, producir.
Estamos ante una nueva gramática que reelabora otra racionalización y sensibilidad artística; una gramática digital que cambia lentamente el paradigma sobre lo real, "desaparece" lo real físico poniendo en su lugar lo real virtual, conllevando a la sistemática desacralización de la realidad concreta como única fuente de conocimiento”. (Fajardo, 2010)
Mi invitación no va dirigida precisamente a producir teoría, sino a generar una manera en que podamos seguir haciendo teatro viable, digno, necesario, y contextualizado, es decir, que dialogue con nuestras realidades y que atraviese nuestras subjetividades; no olvidemos que el arte también es producción de pensamiento en su praxis, también hacemos filosofía al tomar decisiones artísticas, como dicen por ahí la estética es una ética.
Los artistas de la virtualidad se encuentran atrapados entre el dilema entre el espacio y el ciberespacio, el lugar y el no lugar, la materia y la inmaterialidad”. (Padilla, 2014: 57) La experiencia acumulada en las artes visuales son excelentes referentes en la diversidad de los caminos recorridos y construidos en su constante transformación que se disparó desde el cambio del siglo XIX al XX, hacia un proceso de desfisicalización del objeto artístico.

La flexibilización y pluralización de las búsquedas artísticas en las artes visuales y la difusión de sus fronteras con otras manifestaciones artísticas nos arrojan luces para continuar nuestras búsquedas teatrales que si bien no son ni nuevas ni novedosas, son carentes y muchas veces ausentes en el teatro costarricense. Sin embargo reitero, no es la búsqueda de nuevos medios y/o la multiplicidad de collages estéticos per se a lo que me refiero, sino a maneras de cómo hacer un teatro que se transforma hacia un convivio a través de la pantalla.
Las nociones de heterogeneidad, discontinuidad, de fragmentación, simultaneidad, diferenciación, simulación, de pastiche, bricollage y de lo aleatorio, se irán acentuando cada día más entre las producciones estéticas, ante lo cual debemos poseer una actitud despierta para observar tanto sus debilidades como sus grandezas. (...) Se impone de manera total una propuesta de efecto resemantizador de los universos estéticos. Recontextualizar, redefinir, reutilizar y deconstruir sus estructuras es el reto a que nos enfrentamos.” (Fajardo, 2010)
No solo nos toca el reto de pensar en la reorganización de la mirada y la experiencia, sino desfisicalizarla y virtualizarla, pensar en crear teatro para otras realidades. Dirigirnos hacia una estética escénica de la hiperrealidad nos lleve a desacelerar la saturación, a poetizar la entrega, a crear intensidades visuales que enlacen la psique de los cuerpos, a erotizar los sentidos sobreestimulados, a “transdisciplinarse”, a cuestionar los medios, a conocerlos, a pensar fuera de la butaca, a demoler la cuarta pared, y no, no solo se trata de “volver a ver al público”, se trata de superar a Diderot y transformarlo.
Estamos ante la posibilidad de generar un discurso procesual de la zona de experiencia poetizada, de pensar en el quehacer escénico como un modo de atravesar la subjetividad, que abre las potencialidades estéticas, que nos invita a cuestionarnos sobre los fundamentos de nuestras metodologías creativas, y a problematizar el hecho de que como medio artístico nos debemos el ponernos al día en términos metodológicos y por supuesto filosóficos.
Yo no sé si esto que he dicho es posible, pero es un camino a probar, no sé si es posible crear un nuevo concepto alrededor de la presencia y el convivio, sin embargo este es el espacio en el que caben todas las posibilidades por inventarse, pero antes, no olvidemos, pensemos en inventar. Parar y pensar.
Recordemos que el público es gente, que es sensible, inteligente, que come, que se aburre, que es adicta al zapping. Que la intimidad es un privilegio y que el gusto por el teatro está tan carcomido, que es probable que nos sigan viendo las mismas personas que consumen cultura en la “meseta central” y que todo esto implica pensarnos en una conexión-convivio que no podemos constatar. Más allá de romper la cuarta pared, es necesario atravesar el espejo negro.

Fuentes:
Aguilar García, T. (2010). Virilio, Tipler y Baudrillard: Ciberespacio y cuerpo virtual. Revista Observaciones Filosóficas [Número 10, se encuentra en https://www.observacionesfilosoficas.net/virilio.htm] [Consultado en Mayo 2020]
Dubatti, J. (2012). Introducción a los estudios teatrales. Propuedéutica. Buenos Aires, Argentina: Athuel.
Fajardo, C. (2010). Hacia una estética de la Cibercultura. Revista Observaciones Filosóficas [Número 11, se encuentra en https://www.observacionesfilosoficas.net/esteticacibercultura.htm] [Consultado en Mayo 2020]
Padilla Córdova, A. J. La virtualidad como elemento disolutivo del objeto artístico en el arte contemporáneo. Una alternativa en proceso. Obra digital: revista de comunicación [Número 6, 2014, se encuentra en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4945229] [Consultado en Mayo 2020]



miércoles, 17 de junio de 2020

El covid19 y el teatro: a través del espejo negro


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Noelia Cruz*
*Licenciada Suma Cum Laude y Bachiller en Arte y Comunicación Visual por la Universidad Nacional, Bachiller en Artes Dramáticas por la Universidad de Costa Rica. Fundadora y Directora de la agrupación La Cuadrilla Escénica.

El concepto virtual proviene del latin virtus, que significa fuerza, virtud. La cualidad de producir un efecto. Si el arte trabaja con intensidades sensoriales y conceptuales, entonces los efectos que produce la virtualidad son significantes.
Arturo Padilla

PARTE I
En el contexto de la pandemia que estamos atravesando, nos tocó vivir la particularidad histórica de que nuestras vidas están mediatizadas como nunca antes. La nueva propuesta de realidad, que hemos estado llamando con un inédito sentimiento de ilusión: “la nueva normalidad”, nos plantea terrenos de investigación que habíamos empezado a explorar muy lentamente, pero la idea de virtualidad se expandió de manera tan acelerada hasta el punto de ser parte casi obligatoria de nuestra existencia.
En la cuarentena guardada a causa del covid19 muchas experiencias han dado un vuelco hacia la virtualidad, y en vista de que el sector de las artes escénicas fue de los primeros en ser afectados y de que su afectación ha sido tan profunda; han surgido propuestas de que el teatro puede ser “transferido” a través de las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos.
A través” es un gran concepto en esto del ciberespacio como forma de inmersión en territorios digitales. El “a través” implica la aceptación de dos puntos de referencia distanciados por un tiempo y un espacios relativos, unidos por un medio común, que en este caso es la pantalla. Una pantalla que es un espejo por el cual se abre el portal hacia una dimensión casi inexplorada. Implica por un lado intentar comprender las contingencias del hecho escénico en un contexto de hiperespacios, y por otro lado poner en movimiento conceptos fundantes de la experiencia escénica.
Nos encontramos en la encrucijada de que nuestra noción de realidad está virtualizada, extendida, llevada más allá de la materialidad. Y por tanto muchas necesidades de nuestros organismos han mutado a funciones de cuerpos mediatizados por la cibercultura. Las relaciones conviviales se han transformado y me atrevo a decir de manera atrevida que podemos hablar de nuevos intercambios auráticos a través de la pantalla.
La experiencia escénica según Dubatti es indiscutiblemente aurática. Los espacios de expectación teatral exigen el convivio, la temperatura de los cuerpos, la presencia. Sin presencia, es decir, sin convivio, no hay teatro.
Como el mismo Dubatti menciona: “¿qué enmarca y hace posibles esas presencias en el tiempo, el espacio y el acontecer?, ¿cuál es la condición de posibilidad última de la existencia y del vínculo de esos sujetos y su dinámica?” (17, 2011)
Es el momento en que podemos tomar los valiosos aportes de este importante teórico, y cuestionarnos si los vínculos y las afectaciones conviviales pueden sobrevivir al “a través” para desauratizar al teatro y crear experiencias escénicas ciberespaciales. O si no, pues también tenemos la opción de esperar, esperar a que vuelva la antigua normalidad, pero se sospecha que ya no hay vuelta atrás, más allá de que las medidas sanitarias permitan la aglomeración humana en espacios colectivos.
Tenemos la oportunidad de pluralizar la zona de experiencia, y de pensar en cómo generar un convivio a través de la pantalla, vivo, activo, así mismo con voluntades vivas y activas que se afecten y que generen una segunda o tercera “auratización¨. “La concepción del espacio que de ello se deriva es una apuesta por la fusión de límites entre realidad virtual y física¨ (Aguilar, et al, 2010). Es hora de evaluar profundamente nuestras maneras de hacer teatro de hace unos meses si queremos sobrevivir en el, cada vez más en expansión, ciberespacio.
Nuestras metodologías creativas, nuestras referencias estéticas y nuestros planteamientos técnico-formales corresponden a un universo moderno ampliamente romantizado, y que en este momento la sobremodernidad nos empuja a construir nuevas realidades escénicas sobre esas bases. “Las hiperrealidades han generado hiperespacios que se han alimentado de los residuos que han quedado del desmoronamiento de los grandes discursos, donde los cibernautas e internautas viajan desde un lugar a un no lugar. (...) El pensamiento cibernético obliga a repensar, redefinir, recontextualizar el universo estético. El espacio se convierte en ciberespacio, la realidad en hiperrealidades, los acontecimientos en simulaciones. La realidad se pulveriza.” (Padilla, 2014: 53)
Esto implica la necesidad de que los ámbitos de la producción simbólica y de la creación artística se resemanticen en las nuevas cartografías virtuales y que nos hagan transitar a través de la multiplicación de realidades que la apertura al ciber entorno nos plantea, en una realidad pulverizada.
Desde las artes debemos asumir que esta multiplicación de la experiencia de existencia en hiperrealidades e hiperespacios, donde los límites de la operación artística se han expandido en la inmaterialidad y las fronteras de las posibilidades de creación se han difuminado con vertiginosidad.
Fuentes:
Aguilar García, T. (2010). Virilio, Tipler y Baudrillard: Ciberespacio y cuerpo virtual. Revista Observaciones Filosóficas [Número 10, se encuentra en https://www.observacionesfilosoficas.net/virilio.htm] [Consultado en Mayo 2020]
Dubatti, J. (2012). Introducción a los estudios teatrales. Propuedéutica. Buenos Aires, Argentina: Athuel.
Fajardo, C. (2010). Hacia una estética de la Cibercultura. Revista Observaciones Filosóficas [Número 11, se encuentra en https://www.observacionesfilosoficas.net/esteticacibercultura.htm] [Consultado en Mayo 2020]
Padilla Córdova, A. J. La virtualidad como elemento disolutivo del objeto artístico en el arte contemporáneo. Una alternativa en proceso. Obra digital: revista de comunicación [Número 6, 2014, se encuentra en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4945229] [Consultado en Mayo 2020]




sábado, 13 de junio de 2020

MANIFIESTO DE ARTISTAS Y TRABAJADORES DE LA CULTURA COSTARRICENSES


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Necesitamos su firma, pertenezca o no usted del sector cultura, esté dentro o fuera de Costa Rica, necesitamos su apoyo, firmá ingresando aquí: https://www.change.org/p/presidencia-de-la-rep%C3%BAblica-manifiesto-de-artistas-y-trabajadores-de-la-cultura-costarricenses-059e4456-514e-42f0-b9ae-e9848f931a11
#ApoyoElManifiestoDeArtistas
#PorUnaLeyDeEmergenciaCultural
Queremos hacer del conocimiento público nuestra posición en relación con el accionar del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) frente a las necesidades urgentes de nuestro sector agravadas por la situación de la pandemia del Covid-19.

CONSIDERANDOS:

1- Que a pesar de las múltiples solicitudes realizadas desde los distintos colectivos del sector cultural por establecer una comunicación asertiva y por buscar caminos para iniciar un diálogo abierto y constructivo con el MCJ, no hemos recibido ni siquiera un acuse de recibo de muchas de nuestras cartas, y tampoco una respuesta satisfactoria que nos permita entender cuál es el “Plan Estratégico” diseñado por dicho Ministerio para atender esta emergencia nacional.

2- Ya han pasado tres meses desde el inicio de la crisis, el 6 de marzo del 2020, tiempo suficiente para que se hubieran ejecutado acciones significativas y desarrollado estrategias concretas que permitieran allanar el camino hacia el proceso de acompañamiento y reactivación de un sector que afronta una situación de vulnerabilidad económica como nunca se había visto en la historia.

3- El Ministerio de Cultura y Juventud, su jerarca, la señora Sylvie Durán Salvatierra y sus funcionarios, deben entender que los trabajadores del sector cultural estamos atravesando una situación de catástrofe a nivel nacional, en la que los artistas independientes, las organizaciones y los espacios artísticos, de todos los tamaños y modalidades, estamos en un grave riesgo de desaparecer. De ser así, con ello se producirá una gran pérdida del tejido cultural del país que ha costado años construir y desarrollar. Por ello, la intervención del estado es una necesidad apremiante.  Se necesita un “Plan Estratégico de Apoyo y Salvamento Cultural” que evite la deserción individual de los trabajadores, la dispersión de los colectivos y las agrupaciones, y el cierre de espacios artísticos y educativos por falta de recursos para sobrellevar estos meses de inactividad que podrían extenderse incluso por el resto del año.

4- La pandemia ha evidenciado la falta de claridad en las políticas culturales institucionales y ha agudizado una serie de problemas estructurales no resueltos que venimos arrastrando, como la precarización laboral, a la que las instituciones del propio Ministerio están contribuyendo, ofreciendo contratos con ventajas unilaterales y condiciones poco favorables a los artistas y gestores culturales, en los que cada vez hay más requisitos y exigencias legales que trasladan la mayoría de estos costos a los trabajadores independientes. Por ello, se necesita un verdadero compromiso político de nuestra jerarca para liderar de forma excepcional y con asertividad un modelo de negociación con la CCSS, el INS y la institucionalidad cultural, para hacer un análisis exhaustivo de la situación laboral del sector, buscando proteger a los creadores y fortaleciendo la interacción de forma responsable, dado que somos un ecosistema cultural con una fuerte relación de codependencia.

5- Es necesario liderar con urgencia encadenamientos productivos, acompañamientos institucionales y de cooperación internacional, cooperación pública y público-privada que permitan generar las condiciones idóneas para el sostenimiento durante la parálisis y el proceso de reactivación del sector. Es un momento para que el Estado y los líderes políticos cumplan con su responsabilidad de acompañarnos y que construyan los puentes necesarios para encontrar una salida a la crisis de la mayoría de los actores culturales. Hasta el momento no nos sentimos integrados en las soluciones previstas a nivel país, ni bien representados como sector en la búsqueda de soluciones estatales para la recuperación.

6- Consideramos que la única acción -con incidencia real- implementada hasta la fecha, son las convocatorias de fondos concursables: Aquí Cultura, Becas Creativas y Proartes que, aunque muy tarde (llegarán cuatro meses después del cese de actividades) permitirán aliviar la liquidez para la sobrevivencia a una pequeña parte del sector. Reconocemos el valor de esta primera acción, que permitirá asignar los recursos disponibles más inmediatos; pero evidentemente los C440.000.000 no son suficientes. La realidad es que su cobertura será extremadamente limitada, alcanzando a favorecer a un máximo de 1.000 artistas, cuando sabemos, según las proyecciones realizadas por el propio MCJ que somos alrededor de 30.000 trabajadores en el sector. Por otro lado, es importante considerar que este redireccionamiento de las becas viene a debilitar el capital semilla para la creación artística en el país que depende en gran medida de estos fondos. Esto significa que se reducirá la capacidad de generar nuevos productos artísticos para el ciclo 2020-2021, otro aspecto que se deberá atender con urgencia: ¿Cómo se sustituirán estos recursos de inversión en el mediano plazo?

7- Consideramos urgente que nuestro Ministerio contribuya con toda la fuerza de su institucionalidad a fomentar el compromiso solidario de los costarricenses con la recuperación de nuestro medio cultural, a través de una fuerte campaña en la que se posicione nuestro trabajo y el gran aporte que realizamos de forma permanente a la nación, dignificando y promoviendo la imagen de lo que somos: Una comunidad esforzada, productiva y creativa, que con el suficiente apoyo del país respaldando nuestro quehacer y pagando por el acceso a él, conseguirá superar la crisis y salir aún más fortalecida.

8- Por lo compleja de la realidad en las circunstancias actuales, exigimos un verdadero compromiso ministerial, evidenciado a través de acciones concretas, significativas y audaces que transformen la dinámica sectorial del presente y el futuro inmediato, y permitan al Sector Cultural participar de forma activa en la reconstrucción urgente del “Nuevo Paradigma” que los tiempos actuales demandan de la relación Arte-Cultura y Estado.

Por todo lo anterior proponemos el siguiente PLAN DE ACCIÓN:

1. Crear de forma inmediata la RED DE SALVAMENTO CULTURAL: “ACOMPAÑARTE 2020” con la presencia de representantes de todas las organizaciones sectoriales posibles, cuyos voceros sean seleccionados por ellas mismas; así como la participación de artistas autónomos que tengan algún carácter de representatividad.

2. Trabajar como prioridad en una “LEY DE EMERGENCIA CULTURAL” que permita al Ministerio y a todas las instituciones culturales tomar medidas excepcionales: tener mayor libertad de acción con sus presupuestos para mover creativamente los recursos y facilitar los procesos de acceso a ellos de la comunidad artística y cultural. Y que, además, les permita utilizar los superávits institucionales de una forma más dinámica, o reservarlos para el 2021 en caso de no poder ejecutarlos este año.

3. Declarar el 2021, en el marco de las celebraciones del Bicentenario, como: “AÑO DEL ARTE Y LA CULTURA NACIONAL”. Para que en todas las instituciones y todos los escenarios del país se abran las puertas a los artistas locales y que todos los recursos posibles se destinen a apoyar la producción, la creación y la circulación de éstos, así como a la defensa y promoción de todo lo que engloba el patrimonio cultural costarricense.

4. Generar una alternativa concreta y pública, para las actividades programadas por el MCJ para el último trimestre del año, como el Festival Nacional de las Artes, el Costa Rica Festival Internacional de Cine, el Concurso de Puesta en Escena, las giras de Érase una Vez, la Feria del Libro, entre otras, considerando que podrían no llevarse a cabo de la manera prevista y evitar que los fondos no puedan ser ejecutados y no lleguen a sus destinatarios finales, los artistas, gestores y productores artísticos.

5. Que el FIA del 2021 se convierta en un Festival Nacional de las Artes para no invertir recursos en contratación de grupos o invitados internacionales. Creemos que es momento de dirigir la mayor cantidad posible de los recursos a fortalecer a nuestro propio sector cultural y abrirlo a la mayor cantidad y diversidad de artistas nacionales, de todas las disciplinas: música, teatro, danza, circo, literatura, artesanía, artes visuales y cine, entre otras. No queremos un evento político, queremos un encuentro artístico y cultural que reconecte al país con el verdadero significado de la celebración del Bicentenario.

6. Planificar la programación de las instituciones como el Teatro Nacional de Costa Rica, el Teatro Popular Melico Salazar, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Danza, considerando aprovechar al máximo las obras de repertorio para reducir los costos de producción e invertir esos recursos en alcanzar una mayor cobertura de públicos de diferentes regiones del país que incluyan los nuevos formatos digitales; así como priorizar la generación de empleo y coproducciones con una gran diversidad de artistas independientes, de forma que se promueva una sostenibilidad económica para los artistas.

7. Construir con urgencia una plataforma robusta de convenios, alianzas y encadenamientos productivos con otros ministerios como los de Educación, Salud, Turismo, Agricultura y Ganadería, Economía, Industria y Comercio. Y con las municipalidades y muchas otras organizaciones públicas y privadas, para apoyar con nuestros conocimientos y especialidades las áreas de capacitación, entretenimiento y recreación, y acompañar al país en las nuevas necesidades de educación y salud física y mental que han surgido a raíz de la pandemia.
8. Poner a disposición de los creadores independientes y trabajadores del sector, todo el apoyo humano posible y los recursos institucionales materiales que existen en las bodegas de las instituciones culturales (Centro de Producción Artística y Cultural, el Teatro Nacional, el Teatro Popular Melico Salazar, La Compañía Lírica, la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional de Teatro y el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica; como insumos de vestuarios, escenografías, utilerías, equipos y apoyar con el personal disponible en la construcción de escenografías y la confección de vestuarios, y de otras necesidades con las que puedan ser solidarias dichas instituciones para dinamizar la producción.

9. Colocar a disposición del sector artístico los teatros que tienen mayores posibilidades de ser adaptados a las nuevas necesidades de la programación como el Teatro de la Aduana, el Teatro de la Danza, Las Torres del Cenac, las Casas de la Cultura, las bibliotecas, entre otros espacios; y generar toda la apertura mental, la simplificación de trámites y el apoyo posible para agilizar su utilización de formas creativas y sostenibles económicamente.

10. Negociar recursos financieros específicos del fondo de Banca para el Desarrollo, con montos destinados por el estado para apoyar a las organizaciones culturales con créditos más blandos. Esta acción debe ser negociada y promovida por el MCJ y el Ministerio de Economía Industria y Comercio MEIC, de forma que se suavicen los requisitos y se haga posible acceder a los recursos de forma real.

11.Suspender el cobro del IVA para las actividades artísticas nacionales, durante el 2020 y el 2021, mientras dura la recuperación del sector, según un reglamento que lo norme.

12. Suspender el cobro del Impuesto de Espectáculos Públicos a las salas de teatro con un aforo menor a 200 personas y que alberguen espectáculos nacionales de cualquier índole, según un reglamento que lo norme.

13. Negociar con las municipalidades para que suspendan el cobro de impuestos a las salas de teatro con un aforo menor a 200 personas y que alberguen espectáculos nacionales de cualquier índole, galerías de arte y academias artísticas, según un reglamento que lo norme.

14. Que se anuncien los ganadores de la convocatoria de Proartes 2020. Así, aunque los proyectos sean ejecutados en el 2021 los ganadores y sus contrapartes podrán planificar sus actividades y evitar la pérdida de los apoyos logrados por las organizaciones; valorando, además, el esfuerzo y la inversión de tiempo y recursos para la aplicación y evitando una competencia desmedida de participantes en la siguiente convocatoria.

LA CULTURA COSTARRICENSE MERECE TODA NUESTRA PROTECCIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Asociación de Producciones Artísticas Educarte, 6 de junio del 2020.



miércoles, 10 de junio de 2020

Necesidad de diálogo con el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ)



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San José, Costa Rica
1 de junio 2020

Hola queridas amigas y amigos, compañeras, compañeros, colegas, creadores, creadoras, artistas, todas y todos quienes de diversos espacios conformamos el sector cultural.

Deseo primero que nada agradecer de todo corazón el importante apoyo que recibió mi iniciativa de leer una carta dirigida al señor Presidente de la República en una conferencia de prensa el pasado viernes 22 de mayo, externando mi sentir sobre las acciones de Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) frente a la pandemia del Covid-19.

Quiero manifestar que me conmovió mucho la preocupación manifiesta ante la cancelación. La decisión la tomé el jueves 21 bien avanzada la noche. Intenté comunicarla durante el viernes 22, pero debido a la muerte de mi hermano, Edgar Arnoldo Martínez Rojas (Pocho) que sucedió ese mismo viernes 22 en la mañana, no me fue posible que la cancelación llegara a tiempo por lo que a muchas y muchos les sorprendió. Pido nuevamente mis más sinceras disculpas y agradezco la comprensión.

Referente a la carta, que finalmente no leí, deseo explicar que fue un proceso de elaboración que me demoró aproximadamente 15 días de conversaciones con compañeros y compañeras del sector, tanto de San José como de las provincias. Fue un trabajo laborioso, serio y puntual.

Este intercambio me permitió corroborar la enorme necesidad de diálogo con el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) y no sólo de quienes vivimos en San José, sino de todas las provincias, y de la diversidad de organizaciones que nos conforman; colectivos, asociaciones, cooperativas, por mencionar algunas de ellas, que también anhelan ese diálogo.

Como sector tenemos por delante la gigantesca tarea de sobrevivir. No sólo este 2020 estará difícil nuestra situación, quizás también el 2021 y el 2022. Solo nosotras y nosotros podemos aclararle al MCJ lo que necesitamos: acciones políticas, económicas y sociales concretas para el mediano y largo plazo. La pandemia no va a terminar cuando el MCJ lo decida y nosotras y nosotros tenemos que luchar por sobrevivir dignamente.

Es necesario seguir adelante. Para mí las propuestas del MCJ ante la pandemia adolecen del diálogo real, franco, transparente, directo y horizontal con el sector. Si ciertamente es innegable el esfuerzo de nuestro gremio por lograr que actividades como la Teletón Cultura, la reelaboración de los Fondos Concursables, de las Becas Creativas, de Aquí Cultura, funcionen, tengan sentido y subsanen la enorme necesidad de todas y todos, no son medidas a mediano ni mucho menos a largo plazo. Esta cascada de acciones no ayuda a consolidar al sector, a organizarlo en torno a lo que nos va tocando vivir día a día.

No percibo una línea política clara, sólida y eficaz para salvaguardarnos. Son parches y seguirán siendo parches, porque en 6 años la sra. ministra no ha sido capaz de consolidar un trabajo conjunto con nosotras y nosotros, las y los artistas que le damos sentido al MCJ que ella dirige. “Ciega, sorda y muda” ha decidido permanecer y así seguirá posiblemente hasta el Bicentenario. Pero esa fecha también pasará y nosotras y nosotros seguiremos siendo el sector que insistirá, aunque ella se niega a dialogar, a escuchar y a proteger.

Retomo y planteo aquí acciones concretas expresadas por compañeras y compañeros del sector:

1- Que el sector y la Ministra de Cultura, Sylvie Durán puedan dialogar para que ella también escuche de viva voz las propuestas, que no buscan “vivir sin trabajar”, sino aportar dentro de la crisis. Para ello proponemos: un urgente Estado de Asamblea permanente con el sector. Una sesión semanal con la ministra, convocada por el ministerio abierta a quien quiera asistir, para tratar temas específicos y formar mesas de trabajo que luego reportaran a la asamblea. (luego se reglamentará la forma de participación de los asistentes, la toma de decisiones y lo vinculante de los acuerdos).

2- Suspender el Festival de las Artes 2020, los encuentros de danza y teatro, así como el festival de coreógrafos, los festejos del bicentenario y otros festivales realizados con presupuesto del MCJ para 2020 y 2021. Publicar con claridad y transparencia la ejecución de los presupuestos del MCJ, el Centro de Producción Artístico y Cultural (CPAC) y de los Festivales Nacionales e Internacionales de las Artes. Proponemos: con los fondos ya destinados a los eventos mencionados, crear un Bono de Cultura en dos vertientes: a). un fondo no reintegrable, sin evaluar condiciones, ya que todas y todos somos afectados. b). un crédito blando sin condiciones ni garantías, por sumas de 1 y 5 millones de colones, para personas del sector cultura, destinado a sus emprendimientos de proyección cultural, con un plazo de 6 meses de gracia para comenzar su devolución en mensualidades con un interés anual del 8% y un plazo de 5 años.

3- Rechazar el argumento de las capacitaciones como una solución a la crisis que afecta en el día a día al sector.

4- Exigir inmediatez en las acciones al corto plazo.
Lo más urgente y necesario es la voluntad política que debe ampararnos en un momento histórico nunca antes vivido por nuestro amado país.

Madelaine Martínez Rojas
Actriz, productora, locutora.
Cédula 106020547



miércoles, 3 de junio de 2020

Teatro para todo




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Es muy curioso pensar: qué es lo que se aprende en teatro y para qué se aprende. Creo personalmente, que todas las herramientas teatrales que he adquirido al pasar del tiempo, no solo me han ayudado a la hora de estar de pie en un escenario enfrentándome en una situación ficticia, sino también en otros ámbitos profesionales. He tenido que recurrir a estas herramientas para un resolver algo en la realidad.
Para empezar, una estudia teatro para hacer teatro en una primera instancia. La institución, académicamente hablando, nos enseña como poder acercarnos a un personaje, abordar las circunstancias de distintas maneras, afrontar un texto escrito y apropiarse de él… asimismo se ven distintas técnicas de interpretación y estilos. Además de la incorporación de un entrenamiento físico que nos proporcione la capacidad de adecuar nuestro cuerpo a situaciones extra cotidianas ajenas a nosotros. También, identificar todas las posibilidades vocales que tenemos y su adecuado manejo en el escenario. De la misma forma la parte teórica es un complemento que nos ayuda a comprender la práctica desde la razón para lograr sistematizar lo aprendido. Esto ha sido para mí muy importante ya que, logar un equilibrio entre ambas metodologías contribuye a mi formación y al reconocimiento de los aspectos que me funcionan dependiendo a las necesidades escénicas en las que estoy trabajando.
Igualmente, la experiencia adquirida en montajes y en otras producciones independientes han fortalecido mi educación en áreas que tal vez la academia no me ha dado a profundidad como la parte de publicidad, gestión cultural, los diseños y su uso dentro de las producciones escénicas en la calle.
En mi proceso profesional he tenido la oportunidad de poder utilizar ciertos conceptos que me ha enseñado el teatro como la observación y la escucha. En teatro estas nociones me ayudan a resolver conflictos en improvisaciones o dentro de una escena, pero, es muy útil cuando se tiene que dar clases a niños o a adultos. Cada persona es diferente y muchas veces se pasan por alto las necesidades individuales y estos dos conceptos nos dejan identificar y empatizar con los demás, trabajando en conjunto para satisfacer a cada uno.
Por ejemplo, la utilización de las “dramatizaciones” en clases de idiomas es muy útil para que los alumnos comprendan los contenidos y lo asimilen en pequeñas representaciones y así se pueda aprender de una manera lúdica y dinámica. Se incentiva la colaboración en proyectos y la repartición de tareas.
Luego, el simple hecho de estar en una reunión me ha significado aplicar los conocimientos de manejo de la voz para adecuarla a la cantidad de personas que se encuentran en una sala, tanto el volumen como la articulación de palabras ha sido importante para que cada persona entienda lo que digo y haya una comprensión del discurso.
Para finalizar, me he dado cuenta que gracias al aprendizaje del teatro puedo encontrar soluciones a problemas de la vida real a partir de la creatividad y esto me lleva a dar varias opciones para encontrar la mejor. Cuando se enseña y se recibe teatro se aprende a construir puentes, combinando lenguajes entre otras disciplinas y llegar a más gente.

Yingry Rodríguez J.
Bachiller en Lengua Francesa
Estudiante de Artes Dramáticas

La pandemia del sector cultura

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