miércoles, 27 de octubre de 2021

Traducción, interpretación y reflexión (Gana la más Chancha)






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Traducción, interpretación y reflexión

María Laura Fernández

(Teóloga, educadora y estudiante)


Traducir un texto es un arte bastante complicado, porque no basta con lograr transmitir una idea semejante con palabras de otro idioma. Toda lengua es en sí misma una forma de comprender el mundo y de insertarse en él para interactuar con otras personas. Entonces, aunque se procure ser fiel al espíritu del texto original, toda traducción es en cierta medida una traición (porque, por más que se logren traducir las palabras, siempre hay concepciones de fondo que trascienden lo que es posible decir con palabras).

En ese sentido, traducir una joya artística de tal calibre como “The Most Massive Woman Wins” (de Madeleine George) fue un reto tan fascinante como complicado. Incluso el título fue todo un desafío… Al final escogimos “Gana la más chancha”, porque consideramos que mantiene lo impactante y lo grotesco del título original. Y estamos seguras de que, con esta puesta en escena, Raíz Teatro seguirá tocando las fibras más profundas de nuestro ser y nos moverá internamente para reflexionar acerca de un tema que es siempre actual, porque tiene que ver con la propia imagen, con estereotipos y con la forma en que muchas veces nos dejamos influenciar por la sociedad.

Por esa razón escogí también el título de estas líneas: Traducción, interpretación y reflexión. Toda traducción implica reflexión para poder interpretar y plasmar un nuevo texto, pero a su vez el resultado es capaz de impulsar la reflexión de quienes se acercan a la obra en su nueva lengua… Y eso es lo que esperamos que todos ustedes experimenten cuando vean estas funciones.

¿Qué si hubo dificultades en el proceso de traducción? Pues claro… Y aquí les cuento algunas de ellas.

La primera quizás no es una dificultad en sí misma, sino una constatación: los seres humanos somos siempre cambiantes y lo que nos habla de modo significativo en una época determinada no necesariamente es siempre igual en otros momentos de nuestra vida. Esto lo digo porque en este proceso experimenté en carne propia esta realidad. La traducción de la Chancha no la hice recientemente; fue hace ya varios años, porque Raíz Teatro tenía como proyecto este montaje en aquel momento y luego por diversas razones se tuvo que posponer. Entonces ahora, cuando escucho el texto, me llama la atención sentir que hay detalles que probablemente ahora hubiera traducido de modo distinto. Pero, al mismo tiempo, me gusta escucharlos de esa otra manera, porque me recuerda que todos somos producto del camino que hemos ido recorriendo a lo largo de nuestra vida.

Otra dificultad de la traducción tiene que ver con el aspecto generacional. Por ejemplo, las golosinas que más disfrutamos durante nuestra infancia los que ahora rondamos los 30’s-40’s no eran las mismas que conocieron las personas que son mayores o más jóvenes. Entonces es un reto lograr que los símbolos y las imágenes del texto nuevo sean significativos para personas de diferentes rangos generacionales.

Lo mismo sucede con la contextualización de las situaciones. En el texto original una de las protagonistas cuenta que su novio estaba viendo un partido de un deporte que es muy popular en Estados Unidos, pero que aquí en Costa Rica no tiene mayor relevancia. Entonces lo cambiamos por fútbol, que es el deporte que más suele emocionarnos a los costarricenses. Y lo mismo hicimos con muchas otras situaciones y expresiones idiomáticas, con el fin de lograr que el espectador se sienta realmente involucrado.

Finalmente, la dificultad más grande (y debo reconocer que este fue el aspecto que más disfruté) fue la traducción de las canciones. El texto original está lleno de cantos que pertenecen a los juegos tradicionales (de manos, rondas, suizas, rayuela, etc) de la infancia de la escritora y que a su vez están íntimamente relacionados con los temas que se abordan. ¿Cómo mantener ese matiz “juguetón” y esa alusión a la propia infancia si lógicamente en nuestro contexto no jugábamos con esas canciones que utilizó la autora en el texto original? Para lograrlo, hubo que recurrir a soluciones muy variadas. En algunos casos, escogimos cantos pertenecientes a juegos que fueran de un tipo semejante al que juegan las protagonistas en el texto original (como Guayabita del Perú, que se van agregando números). En otras ocasiones, optamos por cantos que mantuvieran el estilo grotesco de los cantos originales; que, por cierto, todavía me sigue pareciendo extremadamente chocante que una ronda infantil dijera “Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la puso en el sartén” (y así con muchos otros ejemplos). O bien, cuando no encontrábamos cantos en español que transmitieran mensajes parecidos, inventamos las letras de algunas canciones (retomando parte del texto elegido por la autora) y les pusimos la melodía de juegos de nuestra infancia.

Desde ya los invitamos a ser parte de esta experiencia que Raíz Teatro nos ofrecerá en los próximos meses. Les aseguramos que no se arrepentirán porque, como siempre, saldrán del teatro con nuevas perspectivas y nuevas reflexiones para su crecimiento integral.

miércoles, 20 de octubre de 2021

El proceso con el diseño de vestuario “Gana la más Chancha”

 


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Normalmente cuando realizo un diseño de vestuario me gusta estudiar el texto, ir a todos los ensayos posibles, tomar apuntes sobre lo que busca comunicar la directora, lo que perciben las actrices y lo que yo misma observo en las acciones que proponen con sus cuerpos, para las que no siempre se encuentran palabras que las defina pero que están ahí muy presentes. Sin embargo, en esta ocasión en la que vuelvo a trabajar con Raíz Teatro no fue así, me encontraba lejos y sin posibilidades de estar viajando, no conocía a varias de las actrices y no podía ver sus propuestas en vivo.

Entonces comencé leyendo el texto, anotando ideas y comunicándome con Cristina Barboza, la directora, para intercambiar nuestras perspectivas respecto a las escenas y sus personajes: Paula, Jime, Carla y Silvia; que me contara todo sobre los ensayos y las impresiones de las actrices. Una cuestión que fue muy clara desde el inicio en el diseño fue que habría una pieza externa que las unificaría y otras internas que hablarían de las particularidades de cada una.

El asunto fue la variedad que desencadenaron esas famosas “piezas internas” porque cada vez que leía el texto descubría un universo diferente en ellas, en muchas ocasiones opuesto totalmente al de la lectura anterior. Ya para ese punto, como dice Gadamer, la obra interactuaba conmigo como si se tratara de un organismo vivo. Yo creía ser empática y entender lo que se sentía estar en los zapatos de Paula, por dar un ejemplo, y luego me disculpaba con ella por juzgarla y por mis prejuicios. En definitiva, ya desde el texto la obra responde por sí misma, estos personajes me fueron mostrando cada una de sus facetas.

Después entré en una etapa en la que pude haber diseñado un closet completo para ellas, pero tenía la dificultad de tener que escoger máximo dos piezas que integraran todo lo que estaba pasando por nuestros cuerpos referente al vestuario. Porque al menos para mí el trabajo con el diseño de vestuario es tan psicofísico como el de un actor o una actriz, necesito descomponer el punto de partida ─ que en este caso fue el texto y los audios de WhatsApp ─ hasta que logre tener sensaciones e imágenes claras. Que además considero que no siempre acertamos, también requerimos de los ensayos ─ o que la directora nos facilite vídeos y fotos como en este caso lo hizo Cristina─ para confirmar el uso de las prendas o descartarlas. Y por supuesto, a partir de esa decisión lanzar preguntas que nos ayuden a definir que podría estar en su lugar.

Al final visualmente estos personajes no eran una sola cosa y había una voz muy fuerte que nos decía que no importaba lo que fueran, porque al preguntarse qué significaba ser ellas mismas había muchas interrupciones entre lo que parecía que querían que los demás vieran o pensaran de su apariencia, lo que otras personas escojen por ellas, estando de acuerdo o no, lo que las hace sentir cómodas y lo que no sabían cómo llegaba a ocurrir. El vestuario para esta puesta en escena no puede hacer más que ocupar el espacio de las contradicciones, ser un complemento para verlas a ellas riéndose de sí mismas, tomando la palabra y compartiendo con el público.

Es por esto que yo misma estoy muy motivada por ver el estreno de esta obra y como todos los elementos se conjugan o en qué podemos seguir profundizando.



Hanna Gómez Quesada

Egresada de la Escuela de Artes Dramáticas, mamá y estudiante de Historia del Arte.





Referencias:

Gadamer, H.-G. (1996). Estética y Hermenéutica (1964) [trad. de José Francisco Zúñiga García]. Daimon Revista Internacional de Filosofia, (12), 5–12. Recuperado a partir de https://revistas.um.es/daimon/article/view/8311


miércoles, 13 de octubre de 2021

La Chancha en la Chancha

 



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Es común aquí en Costa Rica (y creo que fuera también) decirle a alguien "Chancha, Chancho, Cerdo, Cerda" como insulto. ¿Cuántos han pasado por ahí? Por decir o por recibir el insulto. Y es que es un insulto que asociamos o a gordura o a asqueroso (que en muchos casos gordura y asquerosa, siempre van juntas). Mis oídos han escuchado "chancha/cerda" desde niña.

Lo más curioso de todo, es que la chancha(o) (cerda(o)) tiene como principales características: ser una de las especies más antiguas dentro de la granja, ser muy sociables, disfrutar la comida, ser bastante elocuentes, ser (¡sí!) muy limpios; y para rematar: ser rápidos, tener una gran inteligencia y adorar divertirse.

¡Qué manía del ser humano, usar el nombre de algún animal para insultar! Cuando los animales nos llevan la ventaja en muchos aspectos de la evolución. Yo, la verdad, ahora que soy más consciente de estos animales y de mi ser; me siento feliz cuando me comparan con animales tan fantásticos.

Y así de feliz me siento porque, nuevamente, estaré interpretando a Carla. Ahora desde el ojo de Cristina Barboza quien es la directora. Agradezco tanto que Cris sea parte de Raíz y se apunte también a dirigir, porque admiro su inteligencia, creatividad y dirección.

Hace algunos años, cuando actué este mismo papel en el Teatro Universitario; me enamoré del texto de la estadounidense Madelaine George (autora de "Most Massive Woman Wins"). Compramos el texto en Raíz Teatro y le propuse a María Laura Fernández que ella hiciera una traducción al español (Gana la más Chancha), así como nos gusta en Raíz. María se apuntó y creó una traducción que nos gustó; la guardamos un rato hasta que pudiera algún día ver las luces del escenario.

Aquí hago un paréntesis, para rescatar lo valioso que es para mi, como Directora General y Artística de Raíz Teatro, estar en contacto con las personas dramaturgas. Si bien es cierto, que nuestro fin es crear a partir de lo nuestro (nacional); nos damos el gustico de montar algo extranjero de vez en cuando (y casualmente es Cristina quien ha dirigido estos montajes). El contacto con Madelaine George no ha sido la excepción ¡Qué gran mujer! María Laura ha sido la encargada de estar en contacto directo con ella, y Madelaine se mostró feliz y orgullosa de que la hayamos tomado en cuenta y contactado desde el inicio. De hecho, nos felicitó por nuestro valor y constancia al seguir creyendo, creando y creciendo en medio de la pandemia.

Y en medio de esta pandemia, y gracias al espacio que abrió AGITEP, para hacer lecturas interpretadas de manera virtual; decidí dirigir la lectura interpretada de Gana la más Chancha. Cristina vivió esta experiencia y cuando terminamos la lectura, me contactó y me dijo: ¡Quiero dirigirla y dirigirlas con ustedes! Yo, me sentí llena de emoción y alegría porque había llegado el momento que #Chancha viera las luces del escenario.

Así que de nuevo esta chancha está en la chancha. Lo mejor es que para este montaje soy una mujer con más conciencia de mi ser, con mas respeto hacia mi cuerpo y mi vida; con más agradecimiento porque mi cuerpo es mi herramienta de trabajo, placer, emoción y sensación. Interpretar a Carla siempre será un reto, no importa el año que la interprete, mientras sigamos viviendo en una sociedad que le molesta los cuerpos de las personas, ya sea porque son muy gordos o por que son muy delgados. En Gana la más Chancha, queremos dejar claro esto: del cuerpo de las demás personas no se habla; y si vas a hablar de algún cuerpo, que sea del tuyo y para decirle solo cosas bonitas.


M. Ed. Katherine LaPey Peytrequín Gómez

Directora General y Artística Raíz Teatro




miércoles, 6 de octubre de 2021

Jalarle el rabo a la chancha…

 


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Poca cordura debe existir en una para tomar la decisión impulsiva de iniciar un proceso de dirección en pandemia cuando no se sabía si podríamos regresar a las tablas. Aún menos cordura tuvo nuestra directora general Katherine La Pey Peytrequín para, sin pensarlo dos veces, aceptar semejante propuesta.

Dirigir Gana la más chancha de Madeleine George nace de una lectura dramatizada que organizó AGITEP el año pasado para brindar un espacio de comunicación teatral vía redes sociales.

Este texto en algún momento se iba a montar dentro de nuestro equipo de trabajo, específicamente la traducción realizada por María Laura Fernández y yo pensé incluso en que podía existir la posibilidad de actuar alguno de los personajes… Pero lo que jamás imaginé fue que al escucharlo en voces de otras actrices me generaría esa necesidad absoluta por dirigirlo.

Y acá estamos un año después, a pocas semanas de estrenar…

Gana la más chancha ha sido un viaje pesado, complejo, violento, personal, pero ante todo muy necesario. Nunca, nunca como directora me he sentido tan perdida y a la vez tan emocionada.

Si hay algo que ha sido clave durante este proceso ha sido la confianza a las propuestas de las actrices, ellas han guiado este ensamblaje y han dado vida a una historia que es la historia de tantas personas y que considero con ferviente pasión, debe ser contada.

Desde inicio de año hemos ensayado una vez a la semana, buscando diferentes formas para que estos personajes existan en escena. Tuvimos, además, una sesión de fotos con la talentosa Nicole Román que fue vital para la construcción estética del mundo interno de cada una de ellas.

En el diseño y confección de vestuario me acompaña Hanna Gómez, quien junto a su madre Ana Quesada, ya han trabajado en otros procesos estéticos conmigo y en quienes confío plenamente.

En Raíz Teatro trabajamos con tiempo, eso es algo que me ha mantenido como parte de esta familia y de lo cual siempre agradeceré a La Pey. Tener la posibilidad de explorar el vestuario y la escenografía meses antes es un regalo que como directora se agradece.

¿Qué puede esperar el público de Raíz Teatro al ver Gana la más chancha? No lo sé, realmente nunca como directora estoy segura de que es lo que el montaje va a producir en el espectador. Esa es la gran magia de nuestro quehacer.

Lo que si creo es que debe verse y espero que genere discusión. No existen recetas para contar una historia, esta será nuestra forma enraizada de gritar, de reír, de quejarse y de cantar a los cuatro vientos todas aquellas inseguridades que nos han enseñado sobre nuestros cuerpos, principalmente a las mujeres.

Porque al vernos al espejo no somos suficiente o somos demasiado, eso nos lo han instaurado desde niñ@s, desde siempre.

Y bueno… aunque da miedo jalarle el rabo a la chancha… a veces hay que hacerlo.

Cristina Barboza Jiménez

Directora, actriz, educadora especial








La pandemia del sector cultura

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