miércoles, 29 de abril de 2020

María Torres denuncia la falta de apoyo del Ministerio de Cultura por nuestra realidad con el Covid19(1)




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Hola a todos. Compañeros y Amigos.

Saco este momento para conversar con ustedes con respecto a algo que me tiene realmente muy molesta porque es a es la palabra. Quiero comentarles que durante estos más de dos meses de cuarentena que hemos vivido, yo no había tenido insomnio. Había dormido muy tranquila porque sentía que estaba muy segura con las decisiones que estaba tomando el Gobierno de la República. Me sentía tranquila porque me estaba cuidando y estaba cuidando a los míos. Me sentía tranquila porque al ver las estadísticas decía: “vamos a salir, vamos a salir adelante”. Muy positiva, muy alegre porque veía que estábamos haciendo lo mejor por nuestro país.

Todo el mundo sabe, los amigos y los teatreros sobretodo, que los primero en cerrar las puertas siempre fueron los teatros. Fueron los primeros que se vieron obligados en cerrar esta cuarentena. Y yo he trabajado muy arduamente por decirles a ustedes que cuando todo esto pase, volvamos los ojos hacia Costa Ria, hacia la agricultura, hacia el turismo pero sobretodo hacia el teatro. Pensando en nuestros compañeros actores, productores y dueños de teatros.

Yo durante estos dos meses, como les digo, no había sufrido insomnio pero ayer fue una noche terrible porque estaba muy molesta con las disposiciones que se hicieron para “abrir de nuevo” los teatros. Pasé toda la noche pensando en cómo hacer esto, en cómo decir esto. No lo quería hacer anoche porque estaba muy molesta pero quería comentarles que no estoy enojada, ni estoy molesta con la disposición del Señor Presidente ni con las disposiciones del Ministerio de Salud, ni con el director de la Caja Costarricense del Seguro Social.

Estoy muy molesta con la jerarquía del Ministerio de Cultura. Estoy muy molesta con la señora Sylvie Duran (Ministra de Cultura). Estoy muy molesta porque ella, aunque sea, por una falsa inquietud; debió haber levantado la mano (en Consejo de Gobierno) para decir: “Perdón pero estas disposiciones no ayudan en nada al movimiento cultural costarricense”.

Esta señora, que fue estudiante y graduada de la Escuela de Artes Dramáticas de la UCR (Universidad de Costa Rica). Esta señora que se paró en los escenarios costarricenses y que dos veces le dieron el premio a mejor actriz debutante. Yo no sé, si ella en algún momento se vio en la obligación, cuando era actriz, de tener que aceptar un papel aunque no le gustara mucho porque había que comer. No lo creo, pero en todo caso lo pongo en tela de duda. No sé si esta señora en algún momento se vio en una situación económica difícil de cómo pagar un alquiler, o como tener que darle de comer a sus hijos porque no tenía trabajo en teatro.

Entonces, yo puedo asumir que por esta razón, esta señora no tiene ninguna perspectiva de lo que es el movimiento teatral costarricense. Al cual, ella siendo egresada, siendo actriz, no ayuda en lo más mínimo.

Yo no puedo hablar en este momento por los músicos ni por los pintores, no puedo hablar porque me quiero centrar únicamente en el movimiento teatral. ¿En qué cabeza, señora, a usted nunca se le ocurrió decir que no se podían abrir los teatros? No porque no podemos, sino porque ningún teatro en este país funciona de 5 am a 7 pm. Ninguno. Ningún teatro en este país puede funcionar con un aforo de 2 mts entre cada persona. Ningún teatro en este país puede pagar sus deudas en esas condiciones. Yo no sé si a usted se le olvidó pero los teatros funcionan de viernes a domingo a partir de las 6 pm. Algunos teatros funcionan los domingos a las 2 pm si tienen funciones infantiles. Pero la generalidad del teatro en este país funciona de viernes a domingo.

Hace 40 años se daba función de martes a domingo a las 8 pm, no entre 5 am y 7 pm. Y tiene que ser antes porque a las 7 pm inicia la restricción vehicular sanitaria, es decir, tendríamos que estar terminando a las 6 pm. ¿Qué persona va a ir al teatro a las 4 pm? A ver una función. ¿En qué condiciones el público de nuestro país con 2 meses de cuarentena, en una de las crisis más difíciles que hemos sostenido, va a ir al teatro?

Yo le pediría a usted que por favor hablara con el Señor Presidente y con el Ministro de Salud y decirle que los teatros, no es que no quieran dar función, es que no pueden. Y si se abren los teatros en esas condiciones, si nos “permitieran” dar función en esas condiciones; resulta que los actores más necesitados de nuestro gremio no pueden acceder al bono proteger porque ya “se abrieron” los teatros. Yo no estoy peleada con las disposiciones del Ministerio de Salud, pero estoy peleada con usted Señora Ministra porque usted ha sido incapaz de proteger a un gremio. A un gremio al que usted perteneció. Es decir, yo quiero que ustedes entiendan señores jerarcas del Ministerio de Cultura, que han sido los más incapaces en ayudar y proteger al movimiento teatral costarricense.

Yo quiero saber por qué no van a la fiscalía de espectáculos públicos y piden una cantidad x; porque todos los teatros de este país pagaban mes a mes el impuesto a los espectáculos públicos. De ese dinero, ¿Por qué no se puede ayudar? De ese dinero que los mismos productores y dueños de teatro pagaron, ¿Por qué no se puede ayudar a los mismos productores y dueños de teatro para que salgan adelante? Y no deberían quitarles el bono proteger a los actores necesitados que en este momento necesitan comer.

No estamos cerrados porque queramos, estamos cerrados porque seguimos la directriz que nos mandaron desde el Gobierno de la República de quedarnos en casa. Pero si usted señora ministra es incapaz de ayudar a un gremio al que perteneció: ¿Qué está haciendo a la cabeza del Ministerio de Cultura?

Usted debió haber sido la primera en decir que lo que están proponiendo para la apertura de los teatros es inadmisible. No se puede hacer. Nosotros debemos permanecer cerrados hasta que nos permitan de verdad funcionar como teatro en el horario que podemos funcionar. Usted debería protegernos y usted debería cuidar a ese movimiento al cual usted pertenece. Solo se lo dejo ahí porque estoy muy molesta.

Y yo quisiera saber también o informar al Director de la Caja Costarricense del Seguro Social que los actores en este país no pueden trabajar si no son asegurados independientes o voluntarios; y tienen dos meses de no poder pagar porque no están trabajando. Y cuando llegue el momento, ¿Les van a cobrar una multa? ¿Van a tener que hacer un arreglo de pago? Porque no pueden pagar. Entonces, yo les pediría que nos puedan exonerar de ese pago mientras dure esto. ¿Por qué? Porque en este momento estamos desempleados y no tenemos a nadie que nos cuide ni nos proteja, porque el Ministerio de Cultura en este país no apoya a la cultura. Creo que se apoya a sí mismo.

(1) María Torres nos dio el permiso de transcribir su video para compartirlo en nuestro blog. Aquí pueden ver el video: https://www.youtube.com/watch?v=we_AbCVxPUI




miércoles, 22 de abril de 2020

FLUJO CIRCULAR DE LA EXPERIENCIA PEDAGÓGICA TEATRAL




Como ser humana educada en una pedagogía artística, como actriz y pedagoga escénica he experimentado desde el punto de vista del discente, así como desde la perspectiva de la persona facilitadora.

He vivido en carne propia qué se aprende, qué se enseña y qué se recibe cuando se asiste a clases de teatro; y cuando se dan clases de teatro.

Si bien no es lo mismo recibir clases de teatro en la escuela o en el colegio, que entrar a una academia de teatro a tomar cursos, que llevar la carrera de teatro en la universidad para convertirse en un profesional de las artes escénicas. Tampoco es lo mismo facilitar esos procesos pedagógicos, pues sus objetivos son muy distintos.

Sin embargo, hay ciertos vínculos, experiencias, emociones y habilidades que traspasan a cualquier ser humano que experimente en el teatro, desde cualquier estructura pedagógica.

Para mí, sea cual sea la estructura, funciona de manera recíproca; es cíclico, así como el flujo circular en una economía. Ese flujo circular permite observar cómo se relacionan los agentes. En nuestro caso escénico, nos permite observar la relación entre la persona facilitadora y las personas participantes, así como entre las personas participantes entre sí.

Cuando se enseña teatro ¿qué se recibe?

Muchas interrogantes, abundante energía, mucha convivencia, diferentes perspectivas y puntos de vista sobre un mismo tema, mucho aprendizaje, muchas ideas creativas, nuevas formas de verse a una misma, otras maneras de apreciar a las demás personas, otra capacidad de escucha, otras posibilidades de comunicación, más conciencia de las emociones propias y de las emociones de los demás, muchas personas con quien compartir y debatir tus ideas y experiencias sobre el teatro, y muevas posibilidades de aprendizaje ante la vida.

También puedo contarles qué recibí cuando estuve en clases de teatro, a lo mejor les sorprendería leer que en mi experiencia tuve muchas interrogantes, abundante energía, mucha convivencia, diferentes perspectivas y puntos de vista sobre un mismo tema, mucho aprendizaje, muchas ideas creativas, nuevas formas de verme a mí misma, otras maneras de apreciar a las demás personas. Desarrollé la capacidad de escucha, desarrollé otras posibilidades de comunicación, más conciencia de las emociones propias y de las emociones de los demás, muchas personas con quien compartir y tener una convivencia desde la honestidad, debatir ideas y experiencias sobre el teatro, conocer mi propio cuerpo, concientizarlo como un instrumento psicofísico, en fin, encontrar nuevas posibilidades de aprendizaje ante la vida.

¿Similares los regalos de la pedagogía teatral para quien está inmerso en ella no?

Que hermoso es el teatro que te permite aprender, apropiarse y facilitar mientras convivís en la pedagogía escénica. No importa que rol desarrollés, no importa si sos una persona facilitadora, o sos participante, lo que importa es que estás ahí. En el aquí y el ahora, en el espacio escénico, amoral, de manera recíproca, cíclica, en un ganar o ganar, dentro del flujo circular de la experiencia pedagógica teatral.


MSc Janil Johnson Vargas

miércoles, 15 de abril de 2020

El sector teatral costarricense y el Covid19: ¿Solidaridad o Miedo? O de como la alegría de la Pascua está en medio de la pandemia.




Las crisis siempre serán oportunidades para evolucionar. La historia nos lo ha demostrado. El ser humano es inteligente. La historia nos lo ha demostrado. El ser humano es bueno. La historia nos lo ha demostrado.

En estas semanas de aislamiento, a las que nos ha obligado el Covid19, he estado viendo a través de las redes sociales (RRSS) cómo el sector cultura es uno de los más afectados a nivel económico y laboral. Somos uno de los sectores que más le aporta al PIB (Producto Interno Bruto) de Costa Rica, es decir, a la economía nacional (estamos por encima del sector hotelero según la última encuesta nacional de cultura). Sin embargo, somos uno de los sectores más invisibilizados y más afectados con esta pandemia mundial. Particularmente nosotres, los del sector teatral costarricense.

El teatro es una manifestación artística de el aquí y el ahora. No cabe duda. No tenemos chance de repetir, de cortar y volver a iniciar o de grabar nuestro trabajo para venderlo (¿o sí?). El espectador es esencial para que el teatro exista. No es normal ver teatro a través de la pantalla.

Regresando a las RRSS, he visto también como se ha reventado una ola de mensajes solidarios y esperanzadores para cuando “termine esta pandemia” donde se manifiesta la necesidad de crecer juntos, como comunidad. Donde se deja ver la urgencia de estar más cerca y en contacto con nuestro sector teatral.

¿Solidaridad o miedo? ¿Cuál de los dos sentimientos son los que nos mueven en este momento, en momento de crisis? ¿Cuál de los dos es el que nos mueve en momentos de “tranquilidad y normalidad”? Me gustaría que lo meditemos profundamente.

Esta pandemia nos ha exigido y obligado a vaciarnos de muchas cosas que antes nos hacían sentir seguros, estables...nos aterra la incertidumbre, la falta de trabajo, el hambre, la enfermedad...Y en medio de todo esto, La Vida y El Amor nos están dando la oportunidad de ir llenando(nos) con lo esencial.

¿Qué es lo esencial? Quizá: para algunos el disfrute del tiempo para otros darse cuenta que existe el tiempo. Quizá para unos la fraternidad para otros darse cuenta que existen seres humanos en iguales condiciones que uno (condiciones positivas y las negativas). Quizá para algunos lo esencial es la solidaridad para otros descubrir el tremendo egoísmo y distanciamiento en que se ha vivido con mis iguales.

La Vida y El Amor, nos dan otra oportunidad en medio de tanta tristeza y muerte. Nos dan otra oportunidad para cuidar nuestra salud, para valorar el buen uso del tiempo, para agradecer cada detalle como el de un abrazo, una llamada, una visita...

¿Solidaridad o Miedo? Porque por otra parte, las crisis sacan lo peor del ser humano también. Este bendito Covid19 nos genera unos deseos incontrolables de salvarnos a nosotros mismos, sin importar la otra persona. Salimos a comprar todo el papel higiénico, todo el alcohol, todas las mascarillas...sin pensar en los demás.

¿Será que así nos comportamos “normalmente” en nuestro medio laboral? ¿Será que busco siempre lo mejor para mi sin importar el colega? ¿Será que me importa poco el trabajo del colega como para recomendarlo primero antes de recomendarme a mi mismo? ¿Será que me importa tan poco el trabajo del colega que ni siquiera asisto a sus presentaciones? ¿Será que me importa tampoco el trabajo del colega que no hago el mínimo intento para promocionarlo aunque sea un poquito? ¿Será que veo al colega como competencia?

Las crisis nos vuelven maníacos también. Acaparamos, hacemos lo imposible por no perder “mi” bienestar. Nos hace ajenos al dolor y al sufrimiento del otro.

Como dijo mi amigo el fraile Antonio Sandoval en su homilía de Domingo de Resurrección: El dolor y la muerte, son transitorios. El Amor y La Vida, son quienes tienen la última palabra.

¿Solidaridad o Miedo?
¿Este tiempo nos ha hecho descubrir nuestras debilidades?
¿Caímos en cuenta lo mucho que dependemos de los demás?
¿Qué es lo que vale realmente la pena en esta vida?

¿Qué es lo que hace que la vida merezca ser vivida y que nuestros proyectos y autosuficiencias nos habían tapado los ojos para poder ver?

Hoy nos dimos cuenta que muchos colegas viven en la soledad, que que no tenían dinero, que no tenían ahorros. Hoy nos dimos cuenta también que debemos hacernos presentes para ayudar a los demás, para apoyar el trabajo de los demás.

Debemos dejar a un lado la búsqueda de atajos para conseguir el éxito individual y construir un gremio teatral sólido, exitoso como un todo. Debemos aprender a no aferrarnos al éxito en perjuicio de los otres.

Abrirnos al Amor, para que El Amor trabaje, para que El Amor nos trabaje, nos transforme.

Como dijo Fray Antonio también: Antes de esta pandemia no nos dábamos cuenta pero vivíamos tristes por nuestros egoísmos, egos e individualidades. No éramos conscientes que la ansiedad y la obsesión eran nuestro centro porque no éramos capaces de encontrar el silencio, la paz, nuestro ser…

La vida no es fea; no lo es. Nosotros como sociedad la hemos ido haciendo así de fea.

Debemos sacudirnos de todas las acciones que nos hacían ser “muertos vivientes” en este mundo y empezar a hacer aquellas acciones esenciales y cotidianas que generen paz, solidaridad, luz y amor. ¿Cómo? Empezando por lo esencial, los pequeños detalles que dejábamos a un lado por “falta de tiempo”: un beso, un abrazo, una llamada, una reunión, una asociación de trabajadores del teatro, una lucha colectiva, un orden financiero y/o legal; entre otros detalles. La Vida y el Amor existen, están en nuestro día a día, nada más debemos no dejar de verlos en lo esencial.

El ser humano es bueno en esencia. Nos merecemos esa bondad. Esta pandemia es una ocasión para demostrar nuestra bondad. Es una oportunidad para demostrarnos la bondad entre los seres humanos y entre los humanos y la Madre Tierra.

Este bendito Covid19 nos vino a mover nuestra supuesta colectividad. ¿Nos une la solidaridad o nos une el miedo? Que esta crisis nos ayude a re-descubrirnos, a re-valorarnos, a re-querernos, a re-plantearnos. Que esta crisis vaya más allá de conciertos en balcones y reuniones cibernéticas. Ojalá que cuando salgamos de esta nos demos cuenta de nuestros privilegios pero también de las debilidades que tenemos como gremio teatral y trabajemos por fortalecernos.

No hay que tener miedo. La verdad y la bondad son los mejores machetes para ir chapeando1 el camino. ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! Paz y Bien.

M. Ed. Katherine LaPey Peytrequín Gómez
Directora General y Artística Raíz Teatro

1Chapear: Limpiar la tierra de malezas y hierbas con el machete.

miércoles, 8 de abril de 2020

Aprender y enseñar teatro: Aprender y enseñar vida





Valeria Méndez Solano
(Antropóloga, estudiante de Teatro y Educación no formal)
El primer taller de teatro al que asistí fue cuando estaba en mi primer año de universidad, a mis 18 años y tenía que escoger el curso artístico de humanidades. Escogí taller de teatro y fue una de las mejores decisiones de mi vida. En mi cabeza iba a aprender sobre caracterización de personajes, y nunca me imaginé que fuera a terminar aprendiendo sobre mí misma.
Cuando apenas iniciaba estos rumbos, escuchaba a mi profesor que decía: “La vida es la materia prima del teatro” y yo decía “¡Claro! Necesitamos estar vivos en escena” pero realmente no lo había entendido completamente… me faltaba mucho por comprender.
Hacer teatro no es solo aprender a hablar en público o a “ser más extrovertida”, no es aprender a ser alguien más, es muchísimo más que eso, es aprender a ser una misma, y ¡qué gran labor es! El teatro es una herramienta política muy poderosa ya que nos da luces para conocernos a nosotras mismas: nuestros cuerpos, trincheras, emociones, formas de relacionarnos con las otras personas, miedos, fortalezas, límites y fronteras.
Antes de entrar a la carrera de Artes Dramáticas, estuve un año en un grupo de Prácticas Artísticas en donde aprendíamos sobre Teatro-Performance, ese espacio me permitió explorar y aprender más a fondo sobre lo sumamente político que es el teatro y trabajar con el cuerpo. Y cuando estaba en este grupo, me acerqué a mi primer profesor de teatro, que me ofreció asistirlo en el taller de teatro. Comencé entonces, a aprender a compartir lo que estaba aprendiendo.
Para mí, enseñar es compartir. Abrir mi cuerpo y mis experiencias para que otras personas aprendan conmigo. Hay una responsabilidad enorme cuando exploramos y aprendemos/enseñamos teatro, ya que trabajamos con material sumamente sensible: cuerpos, emociones, sentimientos, memorias, experiencias… o sea, trabajamos con la vida, la nuestra y de las demás.
Yo no tenía idea de la responsabilidad tan grande que tenía entre manos (a pesar que apenas era la asistente del curso). Este primer grupo con el que trabajé me atravesó profundamente sobre lo que yo pensaba que era el teatro, sumando además a mis propios procesos de aprendizaje como estudiante con el grupo de performance. Fue un año de amor puro, de profundidad y respeto hacia el poder del teatro.
Una podría pensar que mirar a los ojos a las otras personas es fácil, o abrazar a alguien que apenas estoy conociendo, o decir en voz alta algo que pienso, pero no, no es para nada fácil. Y es necesario entender esto: todos los procesos son diferentes, todas las personas somos diferentes y está bien. Entonces, la responsabilidad de enseñar está en acompañar respetuosamente los procesos de las demás.
El arte tiene la capacidad de hacernos navegar en nosotras mismas y sacar al mundo eso que llevamos dentro. Eso es un acto de valentía. Y sobre cuando somos nosotras mismas la materia prima con la que hacemos arte.
Hace poco comencé a enseñar teatro a niños y niñas (antes solo había trabajado con adultos jóvenes) y es muy diferente cómo una acompaña los procesos de aprendizaje y creación artística de personas que aprecian la vida desde lugares tan distintos al propio. Mientras enseñaba, aprendía más. Los niños me enseñaron sobre lo comprometido que debe ser el juego y sobre lo involucrada que tiene que estar la imaginación. Me enseñaron de nuevo sobre los límites, los permisos y los acuerdos del trabajo en grupo y cómo nunca está de más volver a plantearlos. La honestidad es fundamental en cualquier grupo con el que una trabaje.
Todos los grupos con los que una trabaja son diferentes. Las miradas de vida son distintas. Los cuerpos y capacidades son distintas. Las formas de entender los contenidos y de ponerlos en práctica son diferentes. Y hay que saber cómo sostener y dejar fluir los procesos.
Me siento sumamente agradecida con las personas que me han acompañado en mis procesos de aprendizaje del teatro y han respetado mis formas de vincularlo con la vida… y sobre todo, estoy aún más agradecida con aquellas otras que me han permitido acompañarlas y compartirles lo (mucho o poco) que sé.

miércoles, 1 de abril de 2020

¿Durante este tiempo de confinamiento, usted ha recurrido a las artes?




Sin pensarlo, nuestras rutinas cotidianas cambiaron en cuestión de días. Lo que pensamos que no podía esperar y lo que siempre fue urgente ahora se convierte en algo que se posterga. Y es en estos momentos, donde lo esencial resuena de nuevo y nos hace reflexionar sobre lo que verdaderamente da sentido a nuestras vidas.

Durante estas semanas, que el mundo entero ha entrado en un periodo de cuarentena o confinamiento en los hogares, hemos vistos muchos videos en las redes sociales sobre qué están haciendo las personas para mantener la alegría y la buena actitud en momento de crisis. Algunas de estas actividades son la realización de ejercicios en casa, retomar el hábito de la lectura, tomar cursos en línea de diferentes temas, aprender nuevas habilidades y disfrutar de las artes.

En este texto me gustaría enfocarme en el disfrute de las artes. Me llamó mucho la atención ver por Internet músicos desde sus balcones tocando sus instrumentos y compartiendo sus melodías con vecinos y amigos. También, me ha encantado ver como artistas nacionales e internacionales se unen para realizar trasmisiones en vivo de conciertos. Adicionalmente, muchos comediantes, actores y actrices han compartido su trabajo por medio de las redes y páginas de Internet.

Lo anterior ha sido energía pura para todos nosotros. Mientras disfrutamos de las artes, al mismo tiempo compartimos momentos únicos con nuestros seres queridos. Las artes se convierten en un elemento esencial para estos momentos de crisis, son instrumento para la enseñanza y para la estimulación de nuestras emociones y nos conecten con otras personas. No dudo que durante estas últimas semanas usted ha sido beneficiado por alguna forma de expresión artística. ¿Cierto?

Pues bien, durante mucho tiempo, el apoyo a las artes ha sido muy reducido por parte de los gobiernos y la sociedad. Quizás esta experiencia nos permita reflexionar sobre la importancia de las artes en la sociedad, y cómo debemos apoyar más a los artistas, empezando por nuestros artistas nacionales. Este grupo de profesionales ha sido fuertemente afectado por esta crisis sanitaria, y golpeado económicamente al igual que otros sectores.

Cuando todo esto pase deseo que con alegría y buena voluntad apoyemos a todos nuestros artistas, asistiendo y apoyando sus espectáculos, recomendándoles y pagándoles justamente por su trabajo.


Silvia Leal Acuña
Administración de Empresas
Estudiante de fotografía.

La pandemia del sector cultura

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