Seguinos por:
Desde
hace algunos años vengo trabajando con un grupo de adultas
mayores.
Tuve la oportunidad de realizar con ellas la
investigación
para mi tesis
de
maestría
y luego quedarme con el grupo para
explorar diferentes actividades como expresión
corporal, baile, ejercicio y juegos.
Voy
a definir la expresión
corporal
como una actividad
física, lúdica y artística
que permite expresar y comunicar de manera creativa, de acuerdo con
la propia capacidad y vivencia de las emociones,
pensamientos y sensaciones
de cada individuo. También
defino expresión corporal como
la forma en que se percibe el cuerpo, mientras se da un
autoconocimiento del mismo.
Desde
esa definición se puede ir desmenuzando los beneficios que brinda
dicha actividad, ya que en ella se ven implicadas
las
áreas:
física, psicológica y social de la persona. Beneficios
como:
la exploración del propio pensamiento, movimiento en el espacio,
límites, relaciones con otros, creatividad, comunicación, mejora en
el área cognitiva, bienestar general entre otras.
(García, Pérez y Calvo, 2013; Herranz y López, 2015; Learreta,
Sierra y Ruano, 2005; Montávez,
2011;
Ramos, Cuéllar y Jiménez, 2012;
Sánchez
y Coteron, 2012; Stokoe
y Harf, 1984).
En
mi investigación encontré en las participantes de este grupo una
disminución significativa en los afectos negativos (que se refiere a
sentirse temeroso, de malas, avergonzado, inseguro, entre otras); así
como comentarios positivos acerca de las actividades; por lo tanto,
se evidenció
que la expresión corporal genera
beneficio en la salud de las mujeres adultas mayores y en el
bienestar general.
Ya
para hoy,
no estoy midiendo con escalas, ni cuestionarios, pero sí mediante la
observación. He
encontrado
una mejora a nivel cognitivo en este grupo de participantes, ellas
pueden llevar una secuencia de movimientos con cuentas musicales y
presentar una coreografía sin tener que dirigirlas al frente, algo
que hace 3 años parecía que no podían lograrlo. Son
adultas mayores que, con el paso de los años y la práctica, han
obtenido beneficios también en la atención, en el acatamiento de
instrucciones, en el manejo de su cuerpo y en la memoria.
Por
otro parte, he observado mejora en la autopercepción y autoestima en
muchas, las
cuales
se sentían incapaces de bailar o coordinar una secuencia. Se han
presentado en público con los bailes basados en movimientos de
actividades cotidianas, convirtiéndose en algo que yo llamaría
baile-expresión
corporal. Siempre
han recibido aplausos y felicitaciones, esto
en defitinitva,
les ha dado mucha autoconfianza y sobre todo motivación para
continuar participando.
Yo
ya
había confirmado en mi investigación que
el bienstar es más y mejor, sin embargo,
a pesar de que
pasan los años,
sigo
observando mejora después de la actividad. Muchas
llegan
tristes, con dolores, problemas y lo manifiestan previo a la clase;
mientras
que al
final se van con una sonrisa, diciendo
sentirse mejor y muy contentas.
Yo
como profesora, creo que soy la que mayor bienestar siente. La
satisfacción de verlas lograr sus presentaciones de acuerdo a sus
capacidades, verlas sonreír, disfrutar, reírse y esforzarse; me
llena muchísimo. La
creatividad de muchas de ellas es fundamental para la construcción
de las historias que contamos en los bailes, por lo que yo me
enriquezco de sus vivencias, historias de vida, luchas y sobre todo,
he aprendido a expresarme mejor y pedir (o
dar)
una indicación
de diferentes maneras. He
aprendido a
respetar el tiempo de aprendizaje de cada una y a aprender de cada
una. La alegría de ellas es lo que más alegría me da Siempre
con un abrazo me dan las gracias y
yo
por mi parte, soy la que les agradece a ellas, por su cariño y sobre
todo por enseñarme.
Máster
Perssis Sheik
Docente,
Actriz y Gestora Cultural
Referencias:
García,
I., Pérez, R. y Calvo, A. (2013). Expresión corporal. Una práctica
de intervención que permite encontrar un lenguaje propio mediante el
estudio y la profundización del empleo del cuerpo. Retos:
nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación,
(23), 19-22.
Herranz,
A. y López, V. M. (2015). La expresión corporal en educación
infantil. La
Peonza: Revista de Educación Física para la Paz,
(10), 23-44.
Learreta,
B., Sierra, M. Á. y Ruano, K. (2005). Los
contenidos de Expresión Corporal.
Barcelona: INDE.
Ramos,
F., Cuéllar, M. y Jiménez, F.
(2012). Nuevos retos en el desarrollo curricular de la expresión
corporal. EmásF:
revista digital de educación física,
(14), 142-149.
Sánchez,
G., y Coterón. J. (2012). Un modelo de intervención para una
motricidad expresiva y creativa. Tándem,
(39), 37-47.
Stokoe,
P. y Harf, R. (1984). La
expresión corporal en el jardín de infantes: Cómo soy y cómo era.
Paidós.
Me parece una experiencia maravillosa y que debe continuar pensando en que la población adulta mayor en éste país va a ir en crecimiento. Entonces éste tipo de prácticas artísticas se van a volver una opción necesaria, saludable física, mental y emocionalmente.
ResponderBorrarEn efecto, seremos un país con personas adultas mayores y debemos ir desde ya, creando espacios para nuestro bienestar mental y físico como lo menciona usted. Muchas gracias por su comentario
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