miércoles, 6 de mayo de 2020

Enseñando y aprendiendo en el teatro. Una experiencia con mujeres adultas mayores.


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Desde hace algunos años vengo trabajando con un grupo de adultas mayores. Tuve la oportunidad de realizar con ellas la investigación para mi tesis de maestría y luego quedarme con el grupo para explorar diferentes actividades como expresión corporal, baile, ejercicio y juegos.

Voy a definir la expresión corporal como una actividad física, lúdica y artística que permite expresar y comunicar de manera creativa, de acuerdo con la propia capacidad y vivencia de las emociones, pensamientos y sensaciones de cada individuo. También defino expresión corporal como la forma en que se percibe el cuerpo, mientras se da un autoconocimiento del mismo.

Desde esa definición se puede ir desmenuzando los beneficios que brinda dicha actividad, ya que en ella se ven implicadas las áreas: física, psicológica y social de la persona. Beneficios como: la exploración del propio pensamiento, movimiento en el espacio, límites, relaciones con otros, creatividad, comunicación, mejora en el área cognitiva, bienestar general entre otras. (García, Pérez y Calvo, 2013; Herranz y López, 2015; Learreta, Sierra y Ruano, 2005; Montávez, 2011; Ramos, Cuéllar y Jiménez, 2012; Sánchez y Coteron, 2012; Stokoe y Harf, 1984).

En mi investigación encontré en las participantes de este grupo una disminución significativa en los afectos negativos (que se refiere a sentirse temeroso, de malas, avergonzado, inseguro, entre otras); así como comentarios positivos acerca de las actividades; por lo tanto, se evidenció que la expresión corporal genera beneficio en la salud de las mujeres adultas mayores y en el bienestar general.

Ya para hoy, no estoy midiendo con escalas, ni cuestionarios, pero sí mediante la observación. He encontrado una mejora a nivel cognitivo en este grupo de participantes, ellas pueden llevar una secuencia de movimientos con cuentas musicales y presentar una coreografía sin tener que dirigirlas al frente, algo que hace 3 años parecía que no podían lograrlo. Son adultas mayores que, con el paso de los años y la práctica, han obtenido beneficios también en la atención, en el acatamiento de instrucciones, en el manejo de su cuerpo y en la memoria.

Por otro parte, he observado mejora en la autopercepción y autoestima en muchas, las cuales se sentían incapaces de bailar o coordinar una secuencia. Se han presentado en público con los bailes basados en movimientos de actividades cotidianas, convirtiéndose en algo que yo llamaría baile-expresión corporal. Siempre han recibido aplausos y felicitaciones, esto en defitinitva, les ha dado mucha autoconfianza y sobre todo motivación para continuar participando.

Yo ya había confirmado en mi investigación que el bienstar es más y mejor, sin embargo, a pesar de que pasan los años, sigo observando mejora después de la actividad. Muchas llegan tristes, con dolores, problemas y lo manifiestan previo a la clase; mientras que al final se van con una sonrisa, diciendo sentirse mejor y muy contentas.
Yo como profesora, creo que soy la que mayor bienestar siente. La satisfacción de verlas lograr sus presentaciones de acuerdo a sus capacidades, verlas sonreír, disfrutar, reírse y esforzarse; me llena muchísimo. La creatividad de muchas de ellas es fundamental para la construcción de las historias que contamos en los bailes, por lo que yo me enriquezco de sus vivencias, historias de vida, luchas y sobre todo, he aprendido a expresarme mejor y pedir (o dar) una indicación de diferentes maneras. He aprendido a respetar el tiempo de aprendizaje de cada una y a aprender de cada una. La alegría de ellas es lo que más alegría me da Siempre con un abrazo me dan las gracias y yo por mi parte, soy la que les agradece a ellas, por su cariño y sobre todo por enseñarme.

Máster Perssis Sheik
Docente, Actriz y Gestora Cultural


Referencias:

García, I., Pérez, R. y Calvo, A. (2013). Expresión corporal. Una práctica de intervención que permite encontrar un lenguaje propio mediante el estudio y la profundización del empleo del cuerpo. Retos: nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación, (23), 19-22.
Herranz, A. y López, V. M. (2015). La expresión corporal en educación infantil. La Peonza: Revista de Educación Física para la Paz, (10), 23-44.
Learreta, B., Sierra, M. Á. y Ruano, K. (2005). Los contenidos de Expresión Corporal. Barcelona: INDE.
Ramos, F., Cuéllar, M. y Jiménez, F. (2012). Nuevos retos en el desarrollo curricular de la expresión corporal. EmásF: revista digital de educación física, (14), 142-149.
Sánchez, G., y Coterón. J. (2012). Un modelo de intervención para una motricidad expresiva y creativa. Tándem, (39), 37-47.
Stokoe, P. y Harf, R. (1984). La expresión corporal en el jardín de infantes: Cómo soy y cómo era. Paidós.

2 comentarios:

  1. Me parece una experiencia maravillosa y que debe continuar pensando en que la población adulta mayor en éste país va a ir en crecimiento. Entonces éste tipo de prácticas artísticas se van a volver una opción necesaria, saludable física, mental y emocionalmente.

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    1. En efecto, seremos un país con personas adultas mayores y debemos ir desde ya, creando espacios para nuestro bienestar mental y físico como lo menciona usted. Muchas gracias por su comentario

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