miércoles, 15 de abril de 2020

El sector teatral costarricense y el Covid19: ¿Solidaridad o Miedo? O de como la alegría de la Pascua está en medio de la pandemia.




Las crisis siempre serán oportunidades para evolucionar. La historia nos lo ha demostrado. El ser humano es inteligente. La historia nos lo ha demostrado. El ser humano es bueno. La historia nos lo ha demostrado.

En estas semanas de aislamiento, a las que nos ha obligado el Covid19, he estado viendo a través de las redes sociales (RRSS) cómo el sector cultura es uno de los más afectados a nivel económico y laboral. Somos uno de los sectores que más le aporta al PIB (Producto Interno Bruto) de Costa Rica, es decir, a la economía nacional (estamos por encima del sector hotelero según la última encuesta nacional de cultura). Sin embargo, somos uno de los sectores más invisibilizados y más afectados con esta pandemia mundial. Particularmente nosotres, los del sector teatral costarricense.

El teatro es una manifestación artística de el aquí y el ahora. No cabe duda. No tenemos chance de repetir, de cortar y volver a iniciar o de grabar nuestro trabajo para venderlo (¿o sí?). El espectador es esencial para que el teatro exista. No es normal ver teatro a través de la pantalla.

Regresando a las RRSS, he visto también como se ha reventado una ola de mensajes solidarios y esperanzadores para cuando “termine esta pandemia” donde se manifiesta la necesidad de crecer juntos, como comunidad. Donde se deja ver la urgencia de estar más cerca y en contacto con nuestro sector teatral.

¿Solidaridad o miedo? ¿Cuál de los dos sentimientos son los que nos mueven en este momento, en momento de crisis? ¿Cuál de los dos es el que nos mueve en momentos de “tranquilidad y normalidad”? Me gustaría que lo meditemos profundamente.

Esta pandemia nos ha exigido y obligado a vaciarnos de muchas cosas que antes nos hacían sentir seguros, estables...nos aterra la incertidumbre, la falta de trabajo, el hambre, la enfermedad...Y en medio de todo esto, La Vida y El Amor nos están dando la oportunidad de ir llenando(nos) con lo esencial.

¿Qué es lo esencial? Quizá: para algunos el disfrute del tiempo para otros darse cuenta que existe el tiempo. Quizá para unos la fraternidad para otros darse cuenta que existen seres humanos en iguales condiciones que uno (condiciones positivas y las negativas). Quizá para algunos lo esencial es la solidaridad para otros descubrir el tremendo egoísmo y distanciamiento en que se ha vivido con mis iguales.

La Vida y El Amor, nos dan otra oportunidad en medio de tanta tristeza y muerte. Nos dan otra oportunidad para cuidar nuestra salud, para valorar el buen uso del tiempo, para agradecer cada detalle como el de un abrazo, una llamada, una visita...

¿Solidaridad o Miedo? Porque por otra parte, las crisis sacan lo peor del ser humano también. Este bendito Covid19 nos genera unos deseos incontrolables de salvarnos a nosotros mismos, sin importar la otra persona. Salimos a comprar todo el papel higiénico, todo el alcohol, todas las mascarillas...sin pensar en los demás.

¿Será que así nos comportamos “normalmente” en nuestro medio laboral? ¿Será que busco siempre lo mejor para mi sin importar el colega? ¿Será que me importa poco el trabajo del colega como para recomendarlo primero antes de recomendarme a mi mismo? ¿Será que me importa tan poco el trabajo del colega que ni siquiera asisto a sus presentaciones? ¿Será que me importa tampoco el trabajo del colega que no hago el mínimo intento para promocionarlo aunque sea un poquito? ¿Será que veo al colega como competencia?

Las crisis nos vuelven maníacos también. Acaparamos, hacemos lo imposible por no perder “mi” bienestar. Nos hace ajenos al dolor y al sufrimiento del otro.

Como dijo mi amigo el fraile Antonio Sandoval en su homilía de Domingo de Resurrección: El dolor y la muerte, son transitorios. El Amor y La Vida, son quienes tienen la última palabra.

¿Solidaridad o Miedo?
¿Este tiempo nos ha hecho descubrir nuestras debilidades?
¿Caímos en cuenta lo mucho que dependemos de los demás?
¿Qué es lo que vale realmente la pena en esta vida?

¿Qué es lo que hace que la vida merezca ser vivida y que nuestros proyectos y autosuficiencias nos habían tapado los ojos para poder ver?

Hoy nos dimos cuenta que muchos colegas viven en la soledad, que que no tenían dinero, que no tenían ahorros. Hoy nos dimos cuenta también que debemos hacernos presentes para ayudar a los demás, para apoyar el trabajo de los demás.

Debemos dejar a un lado la búsqueda de atajos para conseguir el éxito individual y construir un gremio teatral sólido, exitoso como un todo. Debemos aprender a no aferrarnos al éxito en perjuicio de los otres.

Abrirnos al Amor, para que El Amor trabaje, para que El Amor nos trabaje, nos transforme.

Como dijo Fray Antonio también: Antes de esta pandemia no nos dábamos cuenta pero vivíamos tristes por nuestros egoísmos, egos e individualidades. No éramos conscientes que la ansiedad y la obsesión eran nuestro centro porque no éramos capaces de encontrar el silencio, la paz, nuestro ser…

La vida no es fea; no lo es. Nosotros como sociedad la hemos ido haciendo así de fea.

Debemos sacudirnos de todas las acciones que nos hacían ser “muertos vivientes” en este mundo y empezar a hacer aquellas acciones esenciales y cotidianas que generen paz, solidaridad, luz y amor. ¿Cómo? Empezando por lo esencial, los pequeños detalles que dejábamos a un lado por “falta de tiempo”: un beso, un abrazo, una llamada, una reunión, una asociación de trabajadores del teatro, una lucha colectiva, un orden financiero y/o legal; entre otros detalles. La Vida y el Amor existen, están en nuestro día a día, nada más debemos no dejar de verlos en lo esencial.

El ser humano es bueno en esencia. Nos merecemos esa bondad. Esta pandemia es una ocasión para demostrar nuestra bondad. Es una oportunidad para demostrarnos la bondad entre los seres humanos y entre los humanos y la Madre Tierra.

Este bendito Covid19 nos vino a mover nuestra supuesta colectividad. ¿Nos une la solidaridad o nos une el miedo? Que esta crisis nos ayude a re-descubrirnos, a re-valorarnos, a re-querernos, a re-plantearnos. Que esta crisis vaya más allá de conciertos en balcones y reuniones cibernéticas. Ojalá que cuando salgamos de esta nos demos cuenta de nuestros privilegios pero también de las debilidades que tenemos como gremio teatral y trabajemos por fortalecernos.

No hay que tener miedo. La verdad y la bondad son los mejores machetes para ir chapeando1 el camino. ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! Paz y Bien.

M. Ed. Katherine LaPey Peytrequín Gómez
Directora General y Artística Raíz Teatro

1Chapear: Limpiar la tierra de malezas y hierbas con el machete.

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