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Por Guadalupe Apú Hidalgo
Mensaje en Espera, una experiencia teatral en Whatsapp; se trata de dos historias, una de una chica y otra de un chico, que decide comunicarse con una expareja del pasado (el público) durante una semana en la cuarentena por el Covid 19. Todo esto mediante una comunicación virtual por Whatsapp, la historia se fragmenta en siete días a diferentes horas y diferentes recursos audiovisuales que permite la aplicación: videos, audios, textos, ubicaciones, emojis, gifts. Uno de los principales objetivos de este proyecto es que el público sienta familiaridad, que se pierda en la ficción, y que al menos en algunos momentos sienta como si fuese realmente una expareja propia.
Eileen Miranda se acercó a Las Verbenas Teatro, con esta propuesta que había visto que se daba en otros países, “apostemos por este proyecto, estoy segura de que a la gente le va a gustar”. Yo desde el rol de la producción del grupo de teatro lo dudé. Iniciar un proyecto desde la dramaturgia lo veía lento y complicado. Además, se tenía que empezar por educar al público a consumir este nuevo producto, explicar de qué se trata y cómo funciona. En ese momento se abrieron dos concursos que apoyan económicamente proyectos artísticos, así que dirigimos y moldeamos las ideas a cada concurso. No ganamos ninguno de los dos, pero la redacción de los proyectos nos hizo entender cómo realmente queríamos el proyecto y por dónde debíamos trabajar. Entonces, en ese momento dije sí.
Para esta etapa decidimos sumar a Michelle Almendares, y nos pusimos un estricto régimen para la escritura durante un mes aproximadamente. Mientras terminamos de pulir la dramaturgia, empezamos a discutir la forma de trabajo para producir Mensaje en Espera. Una tarea vital fue definir los roles, después de varias conversaciones los decidimos y ya necesitábamos una voz masculina, iniciamos a “pelotear” nombres y escuchar voces. A la vez diseñamos el plan de comunicación y la línea gráfica. Hasta que le preguntamos a Javier Montenegro, él aceptó. Aportó desde el minuto uno, una increíble actitud positiva y confianza con eso distinto que estábamos creando y con la incertidumbre de si iba a ser aceptado por el público. Así iniciamos, Michelle fue quien tuvo la dirección actoral de las voces, Eileen fue la actriz y yo me encargué del resto. Michi trabajó con cada uno por aparte, pero al igual que en la escritura, tuvimos un régimen de entrega para poder estrenar la fecha que nos propusimos,
Un dato importante en la producción fue el movimiento de público y la compra de entradas. Para la primera temporada 103 personas tenían su entrada, mayormente para la voz masculina, de esas solo tres personas pagaron por transferencia bancaria y el resto vía sinpe móvil. Pero el mismo día de estreno, con la boletería cerrada, 26 personas más adquirieron su entrada, 8 personas más compraron la entrada después de medianoche (hora de inicio de la experiencia) y 7 personas más se sumaron al segundo y tercer día. Un movimiento similar ocurrió en la segunda temporada que realizamos. Nosotras no encargamos de enviar la multimedia de cada personaje. Pero además, dimos la posibilidad de responder, por lo que si la persona así lo quería, había comunicación en vivo, normalmente nosotras en pareja estudiábamos el material que se recibía y el que se enviaba de vuelta de forma personalizada. De esta forma los 7 días de Mensaje en Espera, Michelle, Eileen y yo pasamos casi 24/7 sumergidas en la producción.
La conexión con el público fue la parte más importante y la que más disfrutamos. Desde el momento de contactarnos para pedir información, explicar de exactamente de qué se trata, o para pedir el registro de los datos, íbamos creando un vínculo. Ese fue solo el inicio, nos llevamos la sorpresa de que muchas personas desde el primer mensaje enviado, cerca de medianoche ya nos respondían. No todo el público quiso aventurarse a establecer interacción, pero sí la mayoría. Algunas personas eran tímidas en sus respuestas y otras personas aprovechaban para descargarse. Teníamos comunicación, casi mágica, de esa que se ha perdido por virtualidad, esa que solo es posible en un escenario, de esa había chispazos, había algo entre nosotras y el público activo, creamos algún tipo de vínculo que no se había experimentado.
Otra parte muy importante que surgió en el diseño del proyecto fue la posibilidad de contar con música nacional. Como agrupación creemos en la coyuntura entre artistas, primeramente buscamos las piezas que encajaban en la historia y luego nos tiramos a tocar “la puerta” de cada artista. Compartimos de los propios sitios de los artistas en la plataforma Spotify o Youtube, De esa forma también cumplimos con la ley de derechos de autor. Pero hay dos partes que pudieron ser mejores para que el proyecto fuese por completo un éxito. En primera instancia la publicidad ¿cómo llegar a más personas? es la pregunta siempre desde producción. En este caso también nos preguntamos cómo explicar de qué se trata en pocas palabras para tener mayor alcance. Y el otro punto es el precio de la entrada, ya que es posible que más personas se unieran por lo accesible del costo de la entrada, pero no alcanzó para pagar dignamente el trabajo a las personas involucradas.
Todo el trabajo fluyó, es posible que haya sido porque fuimos tres personas con distintas destrezas, pero igual de comprometidas con el proyecto. Es posible que la amistad de más de 10 años haya sido otro factor importante para que fuese un proceso disfrutable. Creo que también la temática y experiencia distinta que hemos tenido la tres. Por supuesto también la vulnerabilidad de la situación mundial también aportó. Durante la ejecución del proyecto nos dimos cuenta que sería muy valioso que personas profesionales en psicología y sociología se adentraran a estudiar Mensaje en Espera.
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