jueves, 23 de julio de 2020

El teatro y la virtualidad: que no, no es teatro.




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Que no, no me acostumbro a esto de ver teatro en vivo por redes sociales. Que no, no es teatro. Que no, no es teatro. Porque el teatro es el arte del aquí y del ahora. Porque el teatro es y está por lo que se produce en el instante: la actuación, los espectadores, el lugar, la luz, el sonido...”

Este pensamiento lo empecé a tener desde que inició la pandemia por el Covid19. Me negaba a creer que se tomara como Teatro, aquello que estaba pasando a través de una pantalla. Aún sigo sin convencerme del hecho, sin embargo, me abrí a la oportunidad de: informarme y formarme (participar de conversatorios – webinars - , leer mucho sobre el tema; y por último: participar de la experiencia).

El común denominador de los conversatorios sobre el teatro y la virtualidad a hoy (julio 2020) es: no es teatro, es una forma de presentarlo. Así que, por el momento quienes nos dedicamos al teatro; seguimos sin convencernos del todo con esto del teatro y la virtualidad. ¡Ni qué decir desde el área pedagógica! ¿Cómo enseñar teatro desde lo virtual? ¿Cómo vivir el proceso de enseñanza/aprendizaje del teatro desde lo virtual? (casi imposible). Si bien es cierto que la tecnología, que las herramientas virtuales, que la virtualidad... y para rematar una pandemia; nos han llevado a esta situación; no quiere decir que aquello es teatro. El teatro ha sobrevivido a través del tiempo porque es esencia, es esencial (pero esto es otro tema para próximos artículos del blog).

Y ¿qué tal mi experiencia al ser parte de esto de la virtualidad y el teatro?, pues una experiencia bonita, nueva, retadora, llena de aprendizaje; pero también una experiencia que me confirma que esto: no es teatro. Es una manera de transmitir el teatro, o como lo han mencionado atrevidamente algunas personas: una forma de teatro (yo sigo sin convencerme).

He tenido la oportunidad, durantes estos meses de confinamiento, de:
1. Dar función de mi unipersonal “¡Basta ya! Alto a la obesidad”
2. Participar de dos lecturas interpretadas a través de Facebook Live.
3. Ser entrevistada por una colega.
4. “Asistir” a ver teatro a través de streaming.
5. Participar en una competancia de monólogos virtuales.

Así que, bueno puedo hablar desde mi vivencia. Desde la experiencia. Con conocimiento de causa.

Si bien es cierto, que todas estas actividades fueron emocionantes y divertidas, me hace pensar si esas emociones son solo el resultado del momento en que vivimos. Son solo emociones resultado de la tragedia que pasamos como humanidad y necesitamos sentirnos – las personas de teatro – vivas, que nuestro quehacer no muere, sentir esa vitalidad que nos produce el teatro. Sentir que en medio del desempleo obligado, seguimos siendo productivos.

Cómo directora e intérprete, sí he sacado el tiempo para ensayar antes de cada presentación (mínimo tres ensayos de dos horas para cada presentación o lectura); pero no es el mismo tiempo que se dedica para una presentación de teatro. No es la misma calidad de ensayo porque no tenés a tu equipo presente - ¿o sí? - todo es muy extraño. No podés sentir su cuerpo, su voz, su interpretación de la misma manera como si estuviéramos compartiendo un mismo espacio...concreto...real...tangible. Todo es muy extraño.

¡Y qué decir del momento de la presentación! Es emocionante sí, fue emocionante. Nos sentimos felices y agradecidas; pero no es lo mismo. Porque es en vivo, pero no. Porque es teatro, pero no. Porque te están viendo, pero no (¿o sí?). Porque terminás y...estás sola; detrás de una pantalla. Sin sentir al público, sin sentir la luz, sin sentir a tus compañeras y compañeros de escena, sin sentir a tu equipo técnico, sin sentir el aplauso y/o la burla, sin sentir las risas y/o el llanto, sin sentir las miradas atentas y/o de desaprobación...

¡No!, es que es toda una tarea titánica la de nosotras las personas de teatro que seguimos intentando realizar nuestro trabajo en estos días. Aplaudo de pie a mis colegas tanto intérpretes como docentes. Aplaudo de pie a las personas estudiantes de teatro que no se han dado por vencidas. Aplaudo de pie al teatro, el arte vivo, el arte del aquí y del ahora, el arte de la presencialidad, el arte que nos hace sentir personas vivas. Continuaré en otro momento compartiendo con ustedes mis pensamientos y sentires con relación a este tema. Por el momento termino exclamando a la vida: ¡Larga vida al teatro!


M. Ed. Katherine LaPey Peytrequín Gómez
Directora general y artística Raíz Teatro

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