La
prudencia
Sentada
en mi butaca minutos antes de la puesta en escena pensaba sobre las
variables subjetivas que podía tener la palabra prudencia en
nuestras vidas, podría ser el acto preventivo para no arriesgarnos o
quizá podría ser la competencia adquirida después de un doloroso
aprendizaje, en fin ante mis dudas existenciales coloque mi atención
en el desarrollo de la obra.
Ante
los primeros acontecimientos me quedé atrapaba en un paréntesis
cotidiano, sin duda alguna la necesidad casi salvaje de competir por
un estado único y sobresaliente nos puede llevar a las expresiones
más grotescas e individuales, perdiendo completa conciencia de
cualquier rasgo que nos acerque a la empatía y al desarrollo de la
cooperación a partir de nuestras similitudes.
Los
acontecimientos seguían trascurriendo y mi asombro cada vez más se
agudizaba casi de la misma forma que las expresiones gestuales de
cada una de las actrices, mi siguiente interrogante ¿somos tan
vulnerables a la apreciación de los demás? Tenemos una gran
necesidad de aceptación que podemos dejar de pensar por nosotros
mismos y construir una realidad de espejismos donde se reflejen los
miedos provocados por intenciones de “otros” que nos alertan de
las terribles amenazas que nos circundan, validando su palabra
cometemos atroces injusticias siendo verdugos de la diversidad y
expresión de todo aquello que se califique como “diferente” o
“inapropiado”.
Sin
embargo el pensamiento que siguió haciéndome eco posterior a la
puesta en escena ha sido la capacidad creativa y devoradora que
podemos tener cuando deseamos legitimar nuestra visión del mundo
como certeza, quizá en la obra nos pareció grotesco; sin embargo a
diario defendemos casi como si estuviéramos en trincheras nuestra
opinión sobre variedad de temáticas, sí nuestra opinión esa misma
que ha variado según nuestros aciertos y desaciertos, pero que
siempre en su estado presente defendemos aplaudida por nuestro ego a
pesar de los costos emocionales que podemos provocar en tremenda
deliberación.
Al
escuchar los aplausos hacia tres impresionantes mujeres, concluí que
nuestra mayor precaución debe dirigirse a nuestras propias
intenciones, evaluando de donde surgen nuestros criterios, nutriendo
nuestros argumentos desde una perspectivas más inclusiva y menos
amenazante, identificando líderes en nuestra sociedad sin dejar de
lado nuestra esencia, nuestro mayor objetivo debería ser dejar un
aporte positivo para la sociedad a través de todas nuestras
actividades, decisiones y relaciones resguardando entre candados sólo
a los auténticos verdugos … nuestros estereotipos y perjuicios.
Montserrat
Carbnonell
Docente
Domingo
19 abril 2015, 18 hrs
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