¿Por
qué me encanta trabajar en teatro?
María
Laura Fernández
No
soy actriz, pero me encanta trabajar en teatro e involucrarme con
todos los otros aspectos que conlleva un montaje teatral. Las razones
por las que me gusta tanto son muy diversas y aquí les comentaré
algunas de ellas.
En
primer lugar, la gente de teatro es diferente a la que uno se
encuentra en otros ámbitos; contagian una vibra muy distinta y muy
positiva. En otros contextos, el primer encuentro con una persona
desconocida suele caracterizarse por una cierta dosis de formalidad y
una cierta incomodidad inicial por la falta de confianza. Pero en el
teatro es diferente. Las personas de teatro son muy espontáneas, muy
sociables y muy llenas de energía. Desde el primer instante, hacen
que uno disfrute el compartir con ellas y se sienta completamente en
familia.
Otra
razón por la que me encanta trabajar en teatro es la posibilidad de
combinar mis gustos personales con nuevos retos. Por ejemplo, aunque
suene extraño, siempre me ha gustado mucho memorizar secuencias de
palabras o acontecimientos que desencadenen acciones particulares. De
hecho, fui monaguilla muchos años y me sabía la misa de pies a
cabeza; lo disfrutaba mucho porque, con el tiempo, había ido
perfeccionando el arte de saber exactamente qué acción me
correspondía realizar en cada momento específico de la gran
secuencia que había memorizado. En el teatro me sucede algo muy
semejante. Cuando me toca encargarme de poner pistas de audio en una
obra, lo que debo hacer también es memorizar una gran secuencia. Las
primeras veces estoy muy nerviosa y dependo casi totalmente de los
guiones para irme ubicando pero, con el tiempo, termino aprendiéndome
los momentos específicos en los que debo poner cada pista. Eso me
ayuda a mantener mi mente activa, a ejercitar la memoria y a
entretenerme montones.
Otra
cosa que me encanta es que, cuando se trabaja en teatro, siempre se
tiene la posibilidad de comunicar algo al público e invitarlo a
reflexionar. Ciertamente, los que comunican mensajes de manera más
directa son los actores y actrices. Sin embargo, todos los otros
elementos que rodean una producción teatral (como música, luces,
vestuario, etc.) también son elementos comunicativos muy poderosos;
si no fuera así, ni siquiera existirían. Entonces, por ejemplo,
disfruto mucho cuando una pista de audio genera sonrisas y
comentarios espontáneos en los miembros del público, ya sea porque
les hace gracia, les trae recuerdos bonitos de su juventud o les toca
alguna fibra de su ser que ayuda a profundizar el tema que se está
tratando en la obra.
Además,
un motivo muy personal por el que me encanta trabajar en teatro es
que me ayuda a liberarme del estrés. Quizás he tenido una semana no
muy buena o me siento abrumada por múltiples preocupaciones, pero
siempre que trabajo en el teatro me olvido por completo de todo lo
que pasa afuera y me sumerjo por completo en el mundo de la obra. Eso
me ayuda a relajarme y a tomar nuevas fuerzas para continuar con
todas mis otras responsabilidades cuando regrese a mi vida cotidiana.
Finalmente,
algo que también me encanta de trabajar en teatro es que siempre
existe la posibilidad de aprender: aprender acerca de temas que se
tratan en las obras, aprender cultura general, aprender detalles
técnicos, aprender a mejorar el trato interpersonal, aprender a
trabajar en equipo más eficientemente y, sobre todo, aprender que en
la vida lo más importante es ponerle cariño y pasión a todo lo que
se emprende.
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