Raíz
Teatro: una explosión de novedad
María
Laura Fernández
Si
tengo que describir en una palabra lo que Raíz
Teatro
significa en mi vida, definitivamente escojo esta: NOVEDAD.
El mundo del teatro
nunca ha sido el contexto en el que me desenvuelvo diariamente. Soy
teóloga y fui profesora por muchos años; ahora vendo seguros y
estoy empezando un diplomado de imagenología médica. Nada que ver
con teatro, ¿verdad? Pues resulta que, gracias a Raíz,
el mundo del teatro es como un oasis
donde puedo escaparme de vez en cuando a disfrutar una refrescante
explosión de novedad.
Uno
de los recuerdos
cómicos que guardo con mucho cariño fue algo que pasó hace cuatro
años: yo estaba viviendo una transición difícil (porque acababa de
regresar después de haber vivido un tiempo en otro país) y fui al
teatro con la intención de ver el estreno de “La
Prudencia”.
Pero sucedió que la persona encargada de las luces
y el sonido
no iba a poder llegar, entonces ¿adivinen quién terminó
colaborando con eso? Sí… Yo… Alguien que nunca en su vida se
había subido a la cabina
de un teatro y que jamás había tocado una consola.
No tienen idea de la sudada que me pegué mientras me explicaban cómo
funcionaban los botones (unos minutos antes de la función). Hasta
había que hacer que las luces parpadearan en algunos momentos para
simular un juego de pólvora; fue de locos, pero lo disfruté
demasiado. De hecho, hasta la fecha, una de las tareas en las que más
me gusta involucrarme con Raíz
es justamente todo lo relacionado con luces
y sonido.
Es indescriptible la adrenalina que se siente al saber que se acerca
el momento en que uno debe “tirar”
una de las pistas.
Y me da risa, porque estoy casi segura de que, si varios días antes
de ese estreno me hubieran propuesto ayudar con algo así,
probablemente hubiera dicho que no (porque no tenía ni idea de cómo
realizar ese trabajo). Por dicha las cosas surgieron así de
improviso y pude experimentar algo nuevo en mi vida. Novedad…
Otro
aspecto totalmente nuevo para los que venimos de un mundo ajeno al
teatro es el vocabulario.
En todos los ámbitos donde uno se desenvuelva siempre van a existir
términos y conceptos que son propios de ese contexto y que quizás
resulten extraños para los que no están tan familiarizados con ese
mundo específico. Una vez llegué a un ensayo y me recibieron con la
indicación: “hoy no vamos a hacer pasada,
sólo vamos a ver pies”.
Para los actores eso es perfectamente entendible, pero en ese momento
yo no sabía ni qué imaginarme. Por un instante, me dio risa
imaginarme a todos los presentes quitándose los zapatos y las medias
para que les revisaran los pies, pero estaba segura de que se trataba
de algo diferente. Como ya muchos de ustedes saben, la indicación
significaba que no iban a practicar todos los textos de la obra, sino
que solamente repasarían las partes que iban justo antes de alguna
pista de sonido o un cambio de luces. Experimenté esa misma
confusión la primera vez que escuché otras expresiones como “hay
que poner las gelatinas
de las luces” (que son una especie de láminas que se colocan en
los reflectores para lograr diferentes colores) o “vamos a hacer
mierda”,
que se refiere al mini-ritual que realizan todos los involucrados
justo antes de una función; básicamente, se toman de las manos, se
brindan apoyo mutuo y dicen varias veces la palabra “mierda”
(como parte de la antigua tradición de que no conviene desearse
“buena suerte” en el teatro; entonces, en su lugar, se utiliza
esa expresión). Incluso es común escuchar que la gente del gremio
se brinda buenos deseos diciendo “mucha
mierda”,
expresión que al parecer se deriva de las épocas en que la gente de
los pueblos iba en caballo no sólo al teatro sino también a otras
actividades como mercados y ferias (y obviamente, si la actividad era
muy exitosa y concurrida, los animales dejaban mucho estiércol a su
paso). En fin, el punto es que en el teatro también aprendo muchos
conceptos y expresiones. Otra novedad…
Finalmente,
algo que también disfruto mucho es constatar la innumerable cantidad
de reacciones
nuevas
y diferentes que una misma obra puede causar en diferentes
audiencias.
De mi experiencia como profesora, sé muy bien que cada aglomerado de
personas tiene un estilo diferente; una misma actividad puede salir
maravillosa en una clase y luego resultar caótica con un grupo
diferente. En el teatro sucede exactamente lo mismo: he visto cómo
una misma obra se presenta ante diferentes audiencias que a veces
permanecen inmutables, a veces ríen a más no poder, a veces hacen
comentarios en voz alta y a veces lloran a moco tendido. Es más,
esas variaciones con frecuencia se dan en una misma audiencia a lo
largo de los diferentes momentos de una función. Es una montaña
rusa de emociones
y cada quien percibe las cosas de manera diferente. Recuerdo una vez
que me pidieron que tomara una pequeña grabadora y que buscara a
varios espectadores
para pedirles sus impresiones acerca de la obra que acababan de ver.
Por cierto, dicho sea de paso, eso también fue algo totalmente nuevo
para mí: aunque estoy acostumbrada a trabajar con gente, no me
imaginaba a mí misma abordando a personas totalmente desconocidas
para tratar de sacarles conversación (y que además aceptaran que
grabara lo que decían); pero eso también lo disfruté montones. El
punto es que, aunque yo ya hubiera visto la obra muchas veces, cuando
escuchaba los diferentes comentarios,
el panorama de mis perspectivas se ampliaba al notar ciertas facetas
que yo nunca había considerado o que tal vez había interpretado de
una manera diferente. Así, considero que incluso una misma obra
sigue siendo siempre fuente de novedad, porque dependiendo de lo que
uno esté viviendo se enfocará más en ciertos aspectos y los
diálogos le ayudarán a reflexionar tanto acerca de sí mismo como
de su relación con otros y con el entorno. Siempre
hay una oportunidad para notar algo nuevo y ser crítico con la
realidad. Siempre novedad.
Por
todo lo anterior, felicito a Raíz
Teatro
por el amor
y la pasión
con que realizan cada uno de sus proyectos. Les reitero mi inmenso
agradecimiento
por tomarme en cuenta y por enriquecer constantemente mi vida con esa
refrescante explosión de novedad. Además, aprovecho para invitar a
quien lee estas líneas a acercarse a Raíz
y apoyar todas sus iniciativas. Es imposible encontrarse con Raíz
y seguir siendo la misma persona de antes; uno siempre sale renovado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario