Para
nuestro espectáculo Viajemos
en Comedia
(2013-2014), escribimos un unipersonal para contar un poco sobre la
vida de nosotros los intérpretes del teatro. Hoy quiero compartirlo
(un poco retocado) para reflexionar, reír, dialogar… sobre
nuestras realidades. Aquí el unipersonal (interpretado por una
actriz):
La
vida de los actores y actrices; intérpretes; a diferencia de lo que
pueden pensar muchos es muy sacrificada. Por ejemplo, ¿Cuántos de
nosotros hemos sido “soyla” en los espectáculos?. Quizá
ingresamos a la universidad, a la Escuela de Teatro, soñando con
interpretar los mejores personajes de la dramaturgia universal; sin
embargo, muchas veces (sino es que siempre) interpretamos el hermoso
personaje pero también nos toca andar moviendo cajas y escenografía
durante el espectáculo. Nos toca barrer, pintar, coser (y cocer); de
todo.
Si
los padres de alguna de nuestras intérpretes están entre el público
quizá estén diciendo: “¡Ay gordo! y yo que quería que estudiara
medicina”. Pero no señora, su hija se hizo actriz. Vean la
dualidad a la que estamos expuestos los actores. Ahora ustedes no
saben si la actriz es realmente la tramoyista o si la tramoyista está
haciendo de actriz. El público queda tan confundido que no sabe si
aplaudir o recomendarlas a mudanzas mundiales. O las dos cosas.
Casi
todos los intérpretes tenemos dos trabajos. Yo por ejemplo soy
farmacéutica y payasa para fiestas de niños. La Doctora Pastillita.
Y me iba muy bien… hasta que un día me levante muy atormentada y
llegue a la farmacia vestida de payasa. A los clientes no les pareció
gracioso. Pero, ¿Qué iba a hacer? No podía devolverme a casa...
Las
Giras. Cuando las personas ven a algún ejecutivo de gira dicen:
“Vea, la compañía le da viáticos” pero cuando es un grupo de
teatro el que está de gira dicen: “Vi-a-ticos en compañía”.
Los intérpretes nos pasamos la vida trabajando y pasando trabajo en
la vida. Y todo al mismo tiempo. Lo bueno es que te van entrenando
desde la Escuela de Teatro. Hubo una época en que la Escuela de
Dramáticas y la Facultad de Artes quedaban como a unos 600 metros de
distancia. Cuando teníamos que ir de un lugar a otro al menos unas
tres veces calculen la caminada… son kilómetros de “volada de
pata”. Ya en el tercer viaje uno sentía que le gritaban: “Póngale
romero, ya casi llega a Tres Ríos”. Y ojalá una cargando sólo
una carterita o un bultico Jeansport chiquitillo con un cuaderno y un
lápiz… jajajaja ¡No! en ese bulto además del cuaderno y el
lápiz van: dos mudadas de ropa, el vestuario del personaje o los
personajes, escenografía, utilería, zapatos, libros, el almuerzo,
cosas de aseo… los intérpretes llevamos un casillero en la
espalda. ¡Ah! y en una mano un buen café, porque si no, ¿quien
aguanta? En la otra mano el texto que nos vamos aprendiendo mientras
nos desplazamos.
Yo
no me quiero acordar cuando a un director se le ocurrió que mi
personaje saliera de un estañón. ¡Los viajes que yo di con aquel
estañón en la espalda! Y en una mano el café, en la otra el texto,
el bulto con todas las cosas y estañón en la espalda… Y ¿Los
días de lluvias? Se vuelve todo un arte cargar todo aquello y además
un paraguas o sombrilla. Cuando mas ofuscada va una repleta de
chunches... de repente aparece alguien de la nada y pretende que
agarrés un volante. Una lo mira procurando conservar la cordura y le
dice “¿Con cuál mano mae?” En ese momento lo único que una
puede hacer es gritar: ¡Sangre, sangre!
Les
voy a contar algo que de seguro les resulta más familiar…
Fiesta,
música, la gente de un lado a otro con su trago, saludándose. Por
allá, un grupito y alguien levanta la mano y te dice: “¿Qué
me dice mae? Lléguele, venga. Juepucha mae, ¡Cuánto tiempo! Esta
mae fue compa mía en el cole”.
Una
saluda al grupo y sigue la “conversación”: “Mae
y ¿Usted que hizo?”
Yo. Estudié teatro en la U. Otro: “No
mae, en serio, esta mae siempre está en un puro chingue”.
Yo: Estudié
teatro. Otro: Ah!
(Tienen que ver esa cara, es como si le hubiera dicho: Tengo sólo
una teta. Ah!!!) Luego salta
otro jetas que quiere congraciarse y dice: “Cuando
yo era chiquitillo hice teatro, mae; y en el cole salía en todas la
obras. Yo actué en esa del mae que salva al pueblo. Mae se lo juro,
yo siempre quise estudiar teatro”.
¿De
verdad? Después otro por allá, bien sarcástico (el hijo de alguna
madre descarriada) dice: “¿Pero
mae no se mueren de hambre?”
Bueno hasta ahora yo no he ido al funeral de algún colega que haya
muerto por inanición. Insiste: “Mae
y ¿De que viven?
De los chivos… ¿y
quién los ordeña?”
Esta es la parte en la que yo respiro… debo aplicar todas las
técnicas de respiración conocidas en menos de 5 segundos para
mantenerme ecuánime. Al final, la gente no tiene una pinche idea de
cómo funciona la vida del teatro. Pero una aprende, ahora cada vez
que me preguntan “qué estudié”, digo que estoy en el ultimo
cuatri de administración, luego me voy al baño y ciao.
Lo
peor es cuando la fiesta es familiar y no falta una tía que te
diga: “Diay
pero ¿usted no estudió teatros? ¿Por qué no hace algo?”
Una solo la mira y regresa al baño.
Los
problemas para los actores comienzan en la casa, cuando le decís a
tus padres que querés ser Julieta. Ahí empieza a armarse el
desorden. Porque ellos quieren hacerte médico
a palos,
pero maldito
Morphy.
Una se mantiene firme porque los
árboles mueren de pie
aunque ellos sean como los
ciegos.
Y es ahí donde comienza el
viaje de una largo día hacia la noche.
Te sentís cornudo
y apaleado,
y terminás durmiendo en la
casa de Bernarda Alba,
que es como una casa
de muñecas
donde no corre una
gota de aire frío
y no tenés idea qué meter dentro de la
olla.
Consiente sobre el
daño que hace el tabaco,
te sentás a fumar. Esperando que pase un
tranvía llamado deseo
que te lleve a despejar al jardín
de los cerezos
o a un lugar más divertido donde viven las
alegres comadres de Windsor
y donde no te sintás como Prometeo,
encadenado;
y podás disfrutar con cualquiera de las
tres hermanas
o con el Tío
Vania,
dependiendo de los gustos de cada quien, porque hay algunos que le
gustan los
hombres en escabeche
o alguna fierecilla
domada
o una medea
material
o alguna ramera
respetuosa.
Nada
de eso importa ahora, porque esta noche se improvisa la comedia y así
que pasen 5 años
lograré ganarme el respeto del público y seguiré mi sueño de ser
intérprete, aunque tenga que enfrentar la
guerra como consecuencia.
Unipersonal
de nuestro montaje “Viajemos en Comedia” de Raíz Teatro (2012)
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