La pandemia del sector cultura

 

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Por:

Javier Monge. Director y actor.

En marzo del 2020, el COVID-19 atacaba con sus primeras armas a nuestro país. Para ese momento la pandemia era inminente. Lo que no hemos dimensionado todavía es cómo la pandemia empezó para el sector cultura hace tantos años. Y lo digo metafóricamente porque, como sector, nos estamos enfrentado a una emergencia cultural, desde hace mucho tiempo.

Esta emergencia no comenzó con el COVID-19. Durante esta coyuntura lo que hizo fue agudizarse, y lo peor es que se sigue agudizando en manos de una Ministra de Cultura que no tiene la fuerza para defender el presupuesto de la República ni tiene un norte claro con respecto a la política cultural de nuestro país.

Desde que en el año 2015, la entonces Ministra Elizabeth Fonseca y el titular del CPAC –Inti Picado– destruyeron el FIA, solo vimos la punta de lanza de lo que vendría después. La responsabilidad política de lo que ocurrió, desde el 2014 a este momento, le pertenece al Partido Acción Ciudadana y, hoy, es responsabilidad del gobierno de Rodrigo Chávez. También debo decir que es responsabilidad de las organizaciones culturales, los colectivos y todas aquellas personas que nos hemos quedado en el silencio, en algunos casos, o en la conformidad de tener un espacio en las mesas de diálogo con los gobiernos de turno.

Desde ese abril del 2015, han pasado muchas cosas, hemos perdido muchas cosas. Enumeraré algunas:

- El Festival Nacional e Internacional de las Artes: aunque se siguen organizando, quienes conocemos la magnitud de estos proyectos y entendemos el valor de los mismos, hemos notado la reducción sistemática de sus presupuestos. Además, es evidente la poca visión para otorgarles a estos festivales el realce que se merecen. Por este motivo ya no generan la misma expectativa. Hay enormes funcionarios y funcionaras luchando por hacer lo mejor, pero no tienen los recursos para poder devolvernos los festivales de nivel y la calidad que alguna vez gozamos.

- Enamorate de tu ciudad: este proyecto cultural fabuloso que sábado a sábado brindaba espacios de esparcimiento en San José murió entre denuncias sin fundamento del entonces presidente Luis Guillermo Solís, y sin que su administración mostrara capacidad o interés de generar alternativas.

- Encuentro Nacional de Teatro: a lo largo de más de diez ediciones, el Encuentro abrió espacios donde el sector profesional del teatro costarricense tenía la oportunidad de mostrar su trabajo, reflexionar sobre su propio quehacer y también de formarse junto a grandes profesionales del teatro. Lamentablemente, la pandemia fue la coyuntura utilizada para suspenderlo y, a hoy, no existen propuestas reales para tenerlo de vuelta.

- Festival de Danza Contemporánea: este festival permitía, durante una semana, apreciar el trabajo, no solo de los grandes intérpretes de la danza costarricense, sino también de grandes exponentes de la danza mundial. Este festival también fue víctima del COVID-19 y de la administración de Carlos Alvarado y Sylvie Durán, la ministra de turno.

- Concurso de Dramaturgia Inédita: tuvimos, como máximo, tres ediciones de este premio que fomentó el desarrollo de escritores y escritoras que recibían un incentivo económico por su labor, y que, al mismo tiempo, permitía visibilizar el trabajo de quienes escriben teatro, destacando reconocimientos a la dramaturgia infantil. Lamentablemente, este concurso tuvo el mismo desenlace del Encuentro Nacional de Teatro y el Festival de Danza.

Con esto ya enumeré varios proyectos. Decidí ponerle nombre a las personas responsables, desde mi óptica, de esta emergencia que vivimos en cultura, porque hoy por hoy, y a pesar de que la pandemia castigó al sector cultural de una manera atroz, las políticas públicas en materia cultural son cada vez más restrictivas y más limitantes. Las autoridades hablan de reactivación económica y de eliminar la tramitología, pero en las municipalidades, para un concurso, piden tener patente, a pesar de que existen votos de la Sala Constitucional sobre ese tema. Por otra parte, para las convocatorias del Museo Nacional todo un elenco debe cumplir con los requisitos establecidos, obviando que la figura del representante es la que sirve para eso.

Sumado a lo anterior, la política actual del gobierno de Rodrigo Chávez y su Ministra Nayuribe Guadamuz no es una promesa de un mejor futuro para el sector Cultura. Las amenazas están ahí y debemos evidenciarlas. Una Ministra que no pudo defender de manera adecuada el presupuesto de su Ministerio, que se conformó con lo que le autorizaron a tener y que no pudo tener la dignidad de presentar una moción para corregir lo que estaba ocurriendo es también una amenaza.

El sector Cultura se está quedando con poco y lo poco que aún existe se está quedando vacío. ¿Qué sucede en el Melico Salazar, donde un programa como PROARTES que brindaba más de 500 millones de colones en categorías de circulación, investigación, espacios culturales y producción hoy solo tiene unos 19 millones concentrados en una sola línea de apoyo? Y tras de eso, piden que las personas beneficiarias donen una función para el Encuentro de Teatro o el Festival de Danza. ¿No deberían más bien devolvernos estos festivales, o al menos, tener una propuesta alternativa y digna que le permita al sector crecer y brindar a la ciudadanía espectáculos para su crecimiento? En su lugar, lo que hacen es obligarnos a trabajar de gratis en ellos.

¿Qué pasa en la Compa de Teatro o la de Danza, en el Taller Nacional de Danza? ¿A dónde se fueron los presupuestos de estas instituciones para brindar opciones al sector? Sus instalaciones, en algunos casos, están en un estado lamentable y ni qué decir del Taller Nacional de Teatro que sigue errante sin que le permitan tener una sede fija o un espacio propio donde puedan realizar la formación teatral de tantas personas.

El sector Cultura debe despertar. A las organizaciones las invito a dejar las mesas de diálogo y a no conformarse con esos espacios que, al día de hoy, no están dando réditos. La ministra Guadamuz no demuestra capacidad para estar ahí y nos confirma, en su accionar, que cada reunión que sostenemos con ella es solamente una excusa para promocionar su gestión. Las personas debemos organizarnos, demandar en nuestras organizaciones posiciones más firmes y demandar en nosotros y nosotras mismas acciones más concretas. De nada sirve berrear desde una computadora. Podemos hablar, organizarnos y demandar acciones concretas. Necesitamos un Ministerio de Cultura para el sector y dirigido por personas capaces. Recuperemos los espacios perdidos y defendamos las instituciones que nos quedan porque, para cuando termine este gobierno, tal vez no tengamos nada.

Estética de mujeres subversivas en Costa Rica

 

Por Hanna Gómez Quesada

Bachiller en Artes Dramáticas y estudiante de Historia del Arte

El pasado miércoles 21 de setiembre la Licenciada en Artes Dramáticas, estudiante de cuarto año de la carrera de Sociología y egresada del Posgrado en Estudios de la Mujer, Amanda Méndez Ramírez, presentó su ponencia “Estéticas subversivas, Feminismo y Teatro Contemporáneo dirigido por mujeres en Costa Rica durante el siglo XXI” en las Jornadas de Investigación en Artes 2022 en la cual sintetizó los puntos más relevantes de su anteproyecto de tesis en la maestría académica en Estudios sobre las Mujeres, Géneros y Sexualidades.

Según Méndez las estéticas subversivas tienen la intención de transformar la perspectiva que tiene el espectador sobre su realidad social a partir de una experiencia que apela a los sentidos, es decir que lo conduce a enfrentarse desde su propia cuerpo o vivencia personal.

Tomando en cuenta que el arte contemporáneo abarca el siglo XX y XXI la expositora aclara que su investigación se sitúa en el siglo XXI y específicamente del 2001 al 2021. Además, rescata que el feminismo ha incidido en la forma en la que se producen las artes contemporáneas provocando un interés en común por la crítica del cuerpo femenino en la sociedad, su reflejo en el arte y el contexto social, político y económico que le da soporte. En este sentido la investigadora visibiliza como en este país las artistas escénicas trabajan conscientemente desde de la perspectiva del feminismo y denuncian la violencia que experimentan por ser mujeres en la sociedad costarricense.

Como ejemplos de esto en su presentación comparte fotografías de montajes como Caramelo (2018) obra en la que la directora Natalia Mariño y su equipo ofreció una perspectiva sobre la prostitución y la maternidad con base en entrevistas a trabajadoras del sexo de la capital josefina y Estrategas (2019-2021) una obra dirigida por Noelia Cruz que comparten con el público las estrategias que 4 mujeres utilizan para detectar y defenderse de conductas masculinas que atentan contra su integridad física y emocional.

Seguidamente retoma el teatro contemporáneo para hablar de sus inicios en la década de los años 60 en Europa y Estados Unidos, sin embargo como ella misma lo señala esto no quiere decir que desde antes no se vinieran gestando movimientos en esta línea y que solo se desarrollará en estos territorios hegemónicos. Lo que les caracteriza es que emergieron con el propósito de transformar la composición clásica del teatro, explorar nuevos lenguajes y cuestionar el papel que juega la crítica social en el quehacer teatral, por lo tanto se incursiona en un tipo de teatro en el que lo relevante no es ilustrar una época o espacio en escena porque nos parece "bello" o que tenga un inicio y un final sino compartir con el público una situación que nos vincula con el momento presente, que en el caso de esta artista con claridad se enfoca en un teatro contemporáneo costarricense dirigido por mujeres que conscientemente conciben su cuerpo como un espacio político y de denuncia social.

Incluso aunque no necesariamente se definan abiertamente como feministas por su sola presencia en la escena rompen los sistemas de poder que se han perpetuado no solo en el teatro sino en la Historia del Arte en general, en las que las mujeres han sido colocadas como objeto de inspiración y no como la creadoras, se han infantilizado o etiquetado de locas para que no se expresen, se han reconocido como pareja sentimental de una figura artística masculina y no por sus propios méritos o simplemente una vez que alcanzan su madurez se casan, empiezan a tener hijos o deben hacerse cargo de adultos mayores o personas enfermas que forman parte de su nucleo familiar, sin apoyo de otros miembros, provocando que no puedan crear al mismo ritmo de los artistas masculinos o que del todo tengan que concentrar su tiempo y energía creativa en otras responsabilidades dejando su realización personal de lado.

Dentro de este marco Méndez es enfática en subrayar su compromiso con los derechos de las mujeres, la igualdad de género en el arte y el rescate del lugar que tienen las mujeres en el campo laboral y profesional de las artes escénicas, así como “denunciar la minimización del tema de las violencias contra las mujeres en el mundo simbólico y de la representación de las Artes”.

Fue muy valioso conocer la investigación de Amanda Mendéz y reflexionar sobre el valor de la misma, principalmente en un contexto en el que según la ONU Mujeres producto de la pandemia por Covid- 19 las mujeres y niñas han quedado más expuestas a situaciones de violencia, femicidios y recargo de responsabilidades en sus hogares generando que se afiance con mayor fuerza la brecha de pobreza entre los géneros.

Referencias:

ONU Mujeres. COVID-19: reconstruir la resiliencia. https://www.unwomen.org/es/hq-complex-page/covid-19-rebuilding-for-resilience?gclid=CjwKCAjwhNWZBhB_EiwAPzlhNlbUflat7ItHqc-XsiXt3PWurpG9frsRt95MSG7ayjSKtzUIajl9CxoCEnQQAvD_BwE

¿Por qué teatro en la escuela?

 

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Por Silvia Vargas Barrantes

Las artes son alimento del espíritu y el contacto con ellas es esencial para el desarrollo integral de las personas. El sistema educativo no debe limitarse a sumar asignaturas artísticas como un accesorio del currículo escolar o un inocente esparcimiento; más bien debe entenderlas como aliadas poderosas en la conformación de la identidad, la conciencia y el pensamiento crítico.

En el teatro, especialmente, el cuerpo-mente es instrumento y territorio. La condición humana y las relaciones sociales son su campo de trabajo, estudio y discusión. El teatro es un espejo donde la humanidad puede mirarse a través de la historia. Es un espacio de reflexión y una ventana hacia otros mundos posibles, de la mano de la imaginación.

Toda historia, experiencia, hecho, recuerdo, sentimiento, deseo, complejo, frustración… todo es útil en el teatro porque cada emoción tiene un potencial creativo y comunicador en el escenario. Por eso el teatro enseña a reconocer todas las emociones sin juzgarlas, a trabajar con ellas y canalizarlas al servicio de un mensaje. Es una escuela de inteligencia emocional.

La clase de teatro es un espacio de catarsis y liberación energética donde se invita al estudiante a explorar la capacidad expresiva de su cuerpo y su voz a través del juego; actividad predilecta de los niños y niñas en etapa escolar, razón por la que fácilmente llega a convertirse en una de sus clases favoritas. Esta asignatura les ayuda a vencer la timidez y a desarrollar habilidades comunicativas para adquirir presencia y proyección. No solo para un escenario, para la vida.

La interpretación de un personaje es un ejercicio de empatía que demanda al estudiante hacer un esfuerzo por comprender una perspectiva de la realidad distinta a la suya, a colocarse en los zapatos de alguien más. Además enseña a respetar las diferencias. La diversidad de personajes que pueden existir en el teatro es tan amplia como la que existe en la vida misma. Todos los cuerpos y temperamentos caben en el teatro, por eso cada persona es un instrumento único y por ende, precioso. El teatro es un espacio para celebrar la diferencia.

En una sociedad que educa para la competencia, el teatro es un oasis donde aprendemos sobre el valor de la cooperación y el trabajo en equipo. Todos estamos al servicio de una creación colectiva, una obra en la que cada quien tiene un papel que cumplir pero que le pertenece a todos. Si una persona falla, lo hace en perjuicio del grupo. Es por esto que los procesos de creación escénica tienden a alimentar la conexión grupal y favorecer un ambiente de respeto que contribuye a disminuir la violencia en las aulas.

Por último y quizás lo más importante, se debe entender el teatro como un acto político donde no hay tal cosa como la creación gratuita. El teatro no es juego por amor al juego, es juego al servicio de un objetivo y de un mensaje que entregar al público. Por eso el buen teatro despierta la conciencia social.

Las habilidades blandas y capacidades sociales que el estudiante puede adquirir en las clases de teatro le servirán a lo largo de su vida, sin importar la profesión por la que se oriente en el futuro. El teatro como herramienta del sistema educativo es un refugio para la imaginación y la creatividad innata de las niñas y niños, que se atrofia dolorosamente conforme se vuelven adultos en un sistema que privilegia el conocimiento lógico y racional frente al abstracto, corporal e intuitivo.

Finalmente, cabe preguntarse sobre la principal razón por la que las niñas y niños asisten a la escuela. Más allá de acumular méritos académicos, ¿no es acaso el fin último que aprendan a convivir en sociedad? ¡Qué herramienta tan formidable para esto es el teatro!

¿Es capaz la CNT responder a los retos de la realidad actual del gremio?

 

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La Compañía Nacional de Teatro (CNT), sin duda alguna, viene a ser una institución que históricamente desde su fundación en el año 1971, cumple un rol trascendental para el gremio teatral costarricense. Hoy en día, a partir de los conversatorios realizados por el Colectivo Ámbar a mediados de la pandemia en el 2021, nos preguntamos acerca del papel de la CNT para la comunidad teatral del país en la actualidad.

La primera inquietud que me surge al reflexionar sobre temas desarrollados en este espacio, es la comunicación entre la CNT con el gremio. No es nada difícil notar una ignorancia en la comunidad artística en cuanto al funcionamiento interno dentro de la Compañía y los procesos que utiliza la CNT para sus producciones. Este aspecto a destacar resulta a menudo en que las expectativas existentes de la CNT no son coherentes con la realidad y el contexto del funcionamiento de la misma institución.

Se ha dicho que cada persona directora pierde la experiencia de las demás personas que han estado en tal puesto, ya que no existe un registro de acciones en cada cargo. Esto conlleva a la pérdida de la historia construida, lo que significa que no es posible apoyarse en datos que permitieran para las personas directoras venideras establecer unas metas, algoritmos de trabajo e ideas de desarrollo aterrizadas que dialoguen con la realidad actual.

La transparencia de comunicación, el registro histórico y la capacitación para las personas integrantes del gremio acerca del funcionamiento de la CNT son propuestas a destacar en los conversatorios El cambio comienza con la comprensión de los mecanismos, ya que un material sólido permitiría a las instituciones del gremio enfocarse en estrategias de desarrollo gremial.

Se espera que la CNT sea la institución-líder en el desarrollo del sector, ¿pero cómo si el aprendizaje de cada cargo se esfuma como arena entre los dedos?, ¿cómo es posible para el gremio accionar en pos del desarrollo de un mejor futuro para el sector sin una base de datos sólida?

Cualquier acción de cambio se aplica a la realidad actual: ¿cómo se logra un cambio sin una premisa clara?

Sin embargo, otra cuestión trascendental entra en juego: las instituciones, como lo es la CNT, surgen a partir de las dinámicas que se dan en la comunidad, desde las necesidades del pueblo. La CNT busca potenciar a la comunidad misma y el desarrollo de colectivos independientes. En la actualidad nos enfrentamos a que las estrategias de trabajo que han estado funcionando a lo largo de muchas décadas… ¿Quizá necesitan un cambio?¿No nos enfrentamos hoy a una necesidad de un nuevo plan de acciones?

Buscar generar fondos a partir de alianzas con el Ministerio de Educación Pública, con el Ministerio de Turismo, con el sector privado, — todas estas opciones son las propuestas que se han aportado en los conversatorios como posibles perspectivas de trabajo para la CNT.

Dado el contexto actual, conviene que estos retos sean trabajo en conjunto de la CNT con el gremio teatral, colectivos independientes. Llega la nueva etapa post-pandémica cuando quizá se debe buscar una alternativa a la relación de la Compañía con la comunidad artística y con la población nacional. En este entonces, explorar el terreno de los posibles vínculos estratégicos que puedan aportar fondos económicos, se convierte en una gran oportunidad para la CNT para cumplir con sus objetivos y llegar al público desde el desenvolvimiento de las personas artistas nacionales.

Alisa Shereshkova,

Actriz teatral

IG: @labruja_artista

¿Sustituir o no sustituir?

 

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En este mes de mayo vuelvo a actuar, es algo que disfruto hacer pero que no me pasa muy a menudo, sin embargo no es solo un regreso a las tablas es una sustitución.

Para las personas que leen este blog y no están familiarizadas con la “terminología teatral”, usamos la palabra sustituir para referirnos a cuando un intérprete toma el papel de otro en una obra que ya está finalizada o casi. Es decir, el nuevo actor, en este caso yo, entra no a crear desde el inicio si no a montarse en la marcación que ya existe.

Las razones para esto son muchas, desde una enfermedad hasta que no se logró un trabajo de equipo satisfactorio, todo bien, somos humans y esas cosas pasan. En esta ocasión la sustitución que haré es por motivo de viaje/estudio, el compañero que interpretaba a Marco era Estefan Esquivel que no solo actuaba si no que escribió la obra.

El Estefan se fue

Estefan Esquivel Valverde es un dramaturgo brillante. Y no lo digo por estar actuando una de sus obras, lo digo porque desde hace años le sigo su trabajo. Ha sido profesor de dramaturgia, también ha escrito obras para muchas agrupaciones y para colegas, principalmente para Café a Medias grupo al que pertenece, ha participado y ganado concursos internacionales, y lo que lo hace realmente brillante es que nunca deja de investigar, de crecer y de aprender…tanto que se fue a seguir estudiando.

Aquí entro yo en la historia. Ante la posibilidad de irse a estudiar al extranjero, el equipo de la obra ACQ3 decide llamarme a sustituir al Estefan… ok…tal vez demos un casting parecido, me gusta hacer comedia, conozco al equipo y le respeto lo suficiente para mandarme a ojos cerrados, pero dos motivos inclinaron la balanza:

1- era una obra de Estefan.

2- era una coproducción entre dos grupos independientes.

Riámonos del bicentenario

Lo primero que quise saber fue por donde iba la obra, de qué trataba, esto porque los dos montajes de ACQ (A Calzón Quita’o) que había realizado Raíz Teatro en los últimos años fueron monólogos de temas muy variados pero muy personales, y no sé si yo estoy para aventurarme a un monólogo, mis respetos a quienes los hacen pero a mí me saldría más como un stand-up.

Resulta que para esta tercera edición del ACQ decidieron no hacer monólogo, e incluso le agregaron una extensión al título: ¡Con Todo Respeto! ....mmmmm….interesante, pregunté más.

“La obra es sobre el bicentenario…. (empecé a tener dudas)….son tres profesores… (ajá…)… que están montando un acto cívico…. (ok, NO, suena a teatro pedagógico pagado por el Estado, chao)….la escribió Estefan y tiene mucho del humor de él…(¡AH! Eso suena mucho mejor)”

Pedí la obra, la leí, me reí, entendí que no es un intento pedagógico es más una crítica a la tica, llena de chota y de reflexión, que golpea en los momentos correctos pero que el resto hace reír, reírnos de nosotrs, del bicentenario…eso sí…. ¡con todo respeto!.... y me enganché, dije que sí, y luego me dijeron que era una coproducción.

Café con Raíces

Este espectáculo es de dos grupos. Eso puede ser conflictivo y significativo a la vez. Café a Medias y Raíz Teatro decidieron unir esfuerzos para producir esta obra, entre las agrupaciones se dividen las tareas, por lo que yo estoy muchas veces como un espectador cómodo de todo ese proceso de producción…y déjenme confesar que ¡lo adoro!

En muchas ocasiones me ha tocado producir/dirigir mis propios montajes, que suele ser una tarea agotadora, por lo tanto venir “solo” a actuar es reconfortante, es una delicia. Pero además estar en un proceso donde dos agrupaciones independientes deciden juntarse para crear, eso es histórico para mí.

Además ya he trabajado con mis compañeras de escena, Katherine Peytrequín Gómez y Mari Murakami González, incluso hemos trabajado desde el grupo al que pertenezco, el Colectivo 3 Paredes, y eso definitivamente nos hace crecer como gremio y como agrupaciones.

Así que, unión entre grupos, gente en escena que respeto, buen texto de Estefan Esquivel, posibilidad de reírme de temas serios…obviamente dije que sí.

En la sustitución

Vi ensayos con el elenco original, vi la obra frente a público en su estreno del año pasado, y con texto en mano imité la marcación planteada por el cuerpo del intérprete que estuvo antes de mí, luego cambié algunas cositas e hice al personaje un poquito más mío. Ese fue el proceso. Un proceso que se agarra de la memoria, de los consejos de mis compañeras y de mis aportes, de entender lo que hay debajo de un personaje que se parece a mí pero que a la vez se parece a Estefan y a mil profesores más.

Ya estoy ensayando sin texto en mano, agarrado de la memoria, de las miradas y reacciones de mis compañeras de escena y esperando el miedo rico de estar frente al público.

Estreno (ellas re estrenan) este 13 de mayo, estaremos ese fin de semana en Frente a la Plaza Teatro. Interpreto al profe Marco, que junto a la niña Lesly y a la profe Karla están valorando la necesidad de hacer, un año tarde debido a la pandemia, un acto cívico que diga la verdad o que deje algo a los estudiantes que tienen cosas más urgentes en sus vidas que celebrar 200 años de quién sabe qué.

Me gusta sustituir, me gusta actuar, gracias Raíz Teatro y Café a Medias, gracias Estefan, Mari y Pey. Nos vemos en las tablas, en ACQ Vol3: ¡Con todo respeto!

Kyle Boza Gómez

Actor Sustituto

LA RUTA A TRAZAR

 

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En el pasado mes de agosto 2021, tuve la dicha de participar como moderadora de dos conversatorios sobre la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica (CNT), organizados por el Colectivo Ámbar en Costa Rica.

“El Colectivo Âmbar es una red de intercambio internacional en formación, que fue fundada en Ecuador en el año 2010, reuniendo artistas de Costa Rica, Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Colombia, México y Puerto Rico. La necesidad de fundar un colectivo que aproxime personas de diferentes países en torno a la actividad teatral surgió dentro del IX Taller Internacional del Teatro Malayerba, en un taller dedicado a Estudiantes del extranjero.” (extraído de la página web del Colectivo Ámbar).

En Costa Rica el colectivo tiene varias líneas de trabajo. Este año se propusieron entablar conversación con personas representantes del gremio teatral para discutir sobre la incidencia que debe tener o que se espera de la Compañía Nacional de Teatro, partiendo de su historia y aporte, y tomando en cuenta el contexto actual.

Fue así como gestionaron y produjeron dos conversatorios junto a la CNT:

1. Compañía Nacional de Teatro y personas exdirectoras

2. Compañía Nacional de Teatro y personas representantes del gremio teatral

El primer conversatorio contó con la presencia de Melvin Méndez, Fernando Vinocour, Moy Arburola y Gustavo Monge, quienes fueron directores de la Compañía Nacional de Teatro, así como la actual directora Marisela Zamora. El objetivo era contar con la experiencia de las personas que antes se han sentado en la silla de dirección de la CNT y la actual dirección para ver las diferentes visiones que han formado la historia y trayectoria de la Compañía.

El segundo conversatorio pretendía discutir si a la CNT le corresponde incidir en diferentes áreas del quehacer teatral y cuáles podrían ser esas áreas. Contó con la presencia de José Luis Solís representante de la Red de Teatro Comunitario, Dede Coseani representante de la Red de Emergencia Cultural, Melissa Ríos representante del Taller Nacional de Teatro, Guadalupe Apú representante de la Asociación de Grupos Independientes de Teatro Profesional, Elvia Amador representante de la Escuela de Artes Dramáticas y finalmente Marisela Zamora actual directora de la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica.

Algunos planteamientos que me llamaron la atención:

Una de las situaciones que me impacta mucho en la CNT, y sobretodo porque pasa en tantas instituciones gubernamentales, es la ausencia de procedimientos establecidos para muchas de las labores que se realizan de manera continua dentro de la institución. Es decir, cada cambio de dirección se pierde de alguna manera el aprendizaje de la gestión anterior. ¿Puede ser la CNT un sostén de la ruta teatral sin guías o estatutos?

¿Es necesario un elenco estable en la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica?

¿Es la CNT para el público o para el gremio teatral? (Porque dependiendo de a quien responda sus objetivos, éstos varían y así su plan de acción dentro la CNT)

¿Está logrando, o no, la Compañía Nacional de Teatro con su plan de acción, conectar e impactar en la sociedad costarricense?

¿Le corresponde a la Compañía Nacional de Teatro ser una vitrina y una sombrilla para las personas intérpretes costarricenses?

¿Es tarea de la Compañía Nacional de Teatro establecer una relación con las entidades pedagógicas estatales?

¿Debe la CNT formar parte activa del desarrollo del teatro comunitario costarricense?

¿Es imperativo de la Compañía Nacional de Teatro dar un acompañamiento y manifestarse de manera activa y participar en la lucha por la dignificación de las personas trabajadoras de la cultura, más propiamente de las artes escénicas?

¿Es una Compañía la figura más eficiente en este momento para aportar al teatro costarricense? ¿Podemos resignificar esa figura? ¿Qué tal un Centro Nacional de artes escénicas?

Pero la reflexión que más me impactó estuvo en palabras de Fernando Vinocour y fue:

“¿Quién se hace cargo del desarrollo teatral costarricense?”. Cuando escuché esas palabras sentí que mi perspectiva de la situación se abrió muchísimo más. Porque le estamos asumiendo a una institución la responsabilidad que nos corresponde al gremio, e incluso me atrevo a decir que al pueblo costarricense.

¿A quién corresponde trazar la ruta del teatro costarricense? Fue de alguna manera una llamada de atención. A veces como intérprete y pedagoga me encierro en mi realidad, en mis posibilidades e intereses en el teatro. Olvidando que el teatro es una herramienta que pertenece a la humanidad, que viene de tantos lugares diferentes, como diferentes perspectivas humanas existen.

Por supuesto que el estado tiene una responsabilidad, pero esa responsabilidad es con nosotres y debemos plantearnos un norte para poder exigir al estado que ejecute los programas y tome acciones de la manera que nos haga crecer. Como personas ciudadanas, parte del gremio teatral o espectadores, creo que debemos participar de manera activa en la construcción del futuro del teatro costarricense para el aporte de la sociedad costarricense.

Agradezco muchísimo al Colectivo Ámbar la oportunidad de participar de estos espacios. Ojalá sigan suscitándose. De los aportes más importantes, en estos conversatorios, puedo destacar que fueron espacios para generar pensamiento, análisis y conversación sobre lo que pasa en el país alrededor del teatro y su aporte a la cultura costarricense. Sobretodo, tomando en cuenta nuestra situación actual de país y eso se agradece como proceso de crecimiento profesional.

Janil 'Mimi 'Johnson Vargas

Fuentes consultadas:

http://colectivo-ambar.blogspot.com/p/el-colectivo.html

https://teatromelico.go.cr/acerca-de-nosotros-cnt#:~:text=La%20Compa%C3%B1%C3%ADa%20Nacional%20de%20Teatro%20se%20form%C3%B3%20por%20decreto%20en,los%20jardines%20del%20Museo%20Nacional.

Colectivo Ámbar nos puso a observar a la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica (CNT)

 

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En nuestra era teatral, en donde cada vez nos centramos menos en idealizar figuras del medio o luchar por mostrar quien “tiene la batuta del poder”; agradezco que algunas agrupaciones colegas se estén dedicando y enfocando a visibilizar más nuestro trabajo profesional, las instituciones que nos competen (tanto a nivel estatal como privado) y los movimientos que nos hacen políticamente más activos como sector cultura.

En esta ocasión, el Colectivo Ámbar en Costa Rica, en agosto 2021 organizó un conversatorio junto con la Compañía Nacional de Teatro (CNT): “La mirada al presente y al pasado de la CNT”. Fueron dos conversatorios; el primero con exdirectores de la CNT y la actual diretora (Moy Arburola, Mélvin Méndez, Fernando Vinocour, Gustavo Monge y Marysela Zamora) y el segundo con representantes del medio teatral y la directora actual de la CNT (Elvia Amador, Guadalupe Apú, José Luis Solís, Dede Coseani, Melissa Rodríguez y Marysela Zamora). Ambos conversatorios fueron moderados por Janil Johnson Vargas.

Aquí les dejo los link de los conversatorios por si desean verlos:

https://www.facebook.com/cnt.mcj.cr/videos/924740641442800

https://www.facebook.com/cnt.mcj.cr/videos/328552689016356

Hoy, con nuevo presidente y nuevo gobierno nacional ¿Cuál es la CNT que queremos y cuál es la CNT que necesitamos? ¿Quiénes deberían estar a cargo de la CNT y cómo deberían gestionar a la CNT? ¿Es la CNT del y para el gremio teatral costarricense?

En estos conversatorios podremos escuchar ciertas respuestas a algunas de estas preguntas; con la realidad que este espacio de conversación generó muchísimas preguntas más que no pudieron ser analizadas/respondidas. Las personas participantes en estos conversatorios ya sea porque estuvieron en la dirección de la CNT o porque son personas del medio teatral (universitario, interdependiente, comunal, colectivos, academia) con algún acercamiento a la CNT; nos dan su punto de vista con pinceladas de realidad sociocultural de cada período.

Las preguntas generadoras para el primero conversatorio fueron:

¿Cuál es la finalidad de la CNT?

¿Cuál es el impacto que genera la CNT a nivel social?

¿Cuál debería ser la visión de la CNT para los próximos años?

¿A qué se está dedicando en este momento?

¿Cómo le fue en su paso por la CNT?

Las preguntas generadoras para el segundo conversatorio fueron:

¿Cuál es la finalidad de la CNT?

¿Cuál es el impacto que genera la CNT a nivel social?

¿Cuál debería ser la visión de la CNT para los próximos años?

Les invito a repasar estos conversatorios y empezar a generar cuestionamientos pero sobretodo propuestas para construir una CNT que nos represente de la mejor manera. Sobretodo, en estos días que estamos prontos a estrenar gobierno nacional, ¡Qué tan hermoso sería que el sector teatral costarricense tenga claras la misión, visión y metas de la CNT que queremos de hoy en adelante; y por supuesto, trabajemos como colectivo para que eso se logre!

Katherine LaPey Peytrequín Gómez

Directora general y artística Raíz Teatro